¿ADÓNDE LLEVA EL SEXO AMISTOSO?La amistad entre un hombre y una mujer cuando llega a su máxima expresión de confianza y añade un toque de atracción física, lleva muchas veces a plantear una relación de pareja muy común en nuestros días: los amigos con derecho a roce o follamigos.
Toda relación de ‘follamigos’ tiende a provocar confusiones sentimentales a alguno de los dos en algún momento de la trayectoria común.
Hay otras variables que influyen a la hora de comenzar este tipo de encuentros físicos, puesto que el primer contacto sexual suele ser a menudo producto de una coincidencia entre la situación de soltería de ambos y las conversaciones sobre la necesidad de satisfacción sexual en la que se encuentran cuando su grado de amistad ha llegado a un punto óptimo y pueden permitirse no luchar (o sufrir) por la continuidad y la exigencia que supone un noviazgo.
Sea cual sea el motivo del comienzo de este tipo de relaciones, muy rara vez no es valorada por ambos integrantes como algo divertido y sin compromiso de estabilidad o fidelidad que les sirve a los dos para pasar un buen rato con alguien con el que después no haya malentendidos; se crea implícitamente una regla de “no enamorarse” para seguir siempre siendo amigos.
Lejos de esta realidad, toda relación de follamigos tiende a provocar confusiones sentimentales a alguno de los dos implicados en algún momento de la trayectoria común. La sensibilidad con la que puede tratarse esta situación cuando el cerebro comienza a confundir la amistad y el amor debido a la satisfacción sexual conseguida y la confianza mantenida es relativamente inestable ya que comienzan a surgir sentimientos enfrentados que son muy difíciles de valorar objetivamente y, en este caso, el amigo en el que te apoyabas para resolver en el pasado este tipo de dudas, es hoy quien te las provoca.
En ese preciso momento, el implicado con dudas se encuentra en la disyuntiva de elegir entre dos opciones: por un lado, romper el pacto implícito que se realizó al comenzar la relación de preservar la amistad por encima de todo y lanzarse a expresar abiertamente la propuesta de cambio en el tipo de relación, siempre existiendo la posibilidad de ser rechazado y terminar lo que ahora disfruta; por otro, ignorar los sentimientos que están aflorando y bloquearlos para seguir manteniendo la relación de follamigos que al menos le ofrece placer y disfrute a pesar de que no es su único deseo y puede sufrir en el proceso, ya que en su interior, el tipo de relación ya ha cambiado.
En cualquier caso, las posibilidades son innumerables debido a que cuando comienzan las dudas, no se conoce la situación en la que se encuentra el otro miembro a no ser que preguntemos y tememos obtener un resultado destructivo si lo hacemos.
Por ello, si te animas a comenzar una relación de este tipo: disfruta de la trayectoria de la relación y valora la posibilidad del cambio de sentimientos.
Después de todo, podríais coincidir en el momento del cambio y ser felices, ¿no?
Fuente:
http://www.hombremoderno.es/eros/adonde-lleva-el-sexo-amistoso/