¿Ignoras o abres tu mente?

¿Ignoras o abres tu mente?

¿Cuántas veces te has sentido dañado por la ignorancia de otros? O al revés, ¿Cuántas veces crees que has podido hacer daño inconscientemente por tu ignorancia?

El refrán que dice que “la ignorancia es atrevida” es muy cierto. Pero además, la ignorancia puede ser a veces tan dañina como la misma maldad. Ayer mismo pudimos ver cómo la ignorancia hacía un daño innecesario. El caso de Excálibur, el perro de la enfermera infectada de Ébola, es un claro ejemplo de los resultados nocivos que puede acarrear la ignorancia. Es lamentable, pero algunos piensan que es mejor continuar ignorantes que intentar abrir su mente al conocimiento de aquello que desconocen.

Y esta no es la única noticia sobre los resultados nocivos de la ignorancia. Hace muy poco que se ha sabido que científicos de diferentes países europeos han escrito una carta a los gobiernos en la que explican, según el periódico El país, que “a pesar de la marcada heterogeneidad en la situación de la investigación científica en sus respectivos países, hay fuertes similitudes en las políticas destructivas que se están llevando a cabo. Este análisis crítico, publicado simultáneamente en 'Nature' y en varios periódicos de toda Europa, es una llamada de atención a los líderes políticos para que cambien el rumbo, y a investigadores y ciudadanos para que apoyen el papel esencial de la ciencia en la sociedad.”

Según asegura El país, “los responsables políticos de cada vez un mayor número de países europeos, así como los líderes de la Unión Europea, han perdido el contacto por completo con la realidad del mundo de la investigación científica.Han elegido ignorar la contribución crucial de un sector potente de investigación a la economía, particularmente importante en los países afectados más severamente por la crisis económica.”

Estas noticias me llevan a preguntarme cuántas veces la ignorancia es la culpable de que ocurran cosas malas en el mundo o de que no ocurran las buenas. E intento aplicar esto a nuestro vivir cotidiano, en donde la ignorancia está a la orden del día. Cada vez que alguien se siente despreciado o ve que subestiman su trabajo o sus ideas, suele ser por culpa de la ignorancia. ¿Te has sentido así alguna vez? ¿Te ha ocurrido que, por mucho que intentes explicar algo que tú conoces, esa persona no está dispuesta a saber más que lo que se ve a simple vista? Yo sí, lo he sentido muchas veces y estoy segura de que tú también.

¿Y al revés, cuántas veces hemos menospreciado algo o a alguien, fruto de nuestra ignorancia? Es imposible conocer y saber de todo, pero lo que sí es posible es darse una oportunidad para conocer lo nuevo, lo desconocido, lo que otros saben mejor que nosotros. No sólo vale aquello que conocemos. También lo que ignoramos forma parte del mundo y es igual de válido. Por ello, subestimar a una persona, infravalorar un sueño, desechar un proyecto sin conocerlo, es y será siempre un gran error.

¿Qué NO habría pasado si la reina Isabel hubiese despreciado a Colón como lo hizo el rey portugués? ¿Qué No habría ocurrido de haber ridiculizado la idea de volar en un avión? La ignorancia puede ser la mayor enemiga de los sueños. Incluso cuando la ignorancia es nuestra. Porque, seguramente, tú también has despreciado tus propios sueños al ignorar si podían cumplirse, ¿no es así? Entonces, tú… ¿Ignoras o abres tu mente a nuevas posibilidades?

Fuente: http://www.piensaesgratis.com/escribir-es-vivir/ignoras-o-abres-tu-mente