El divulgador científico y economista Eduard Punset, sintetiza las claves del optimismo en tres puntos fundamentales que, según él, atraen la verdadera felicidad. Estos son: la esperanza de vida, la medicina personalizada y el conocimiento de las emociones. Sin embargo, estas son las claves de un optimismo que, en una situación crítica, se pueden desmoronar ante la voluntad y la salud mental debilitada de cualquier persona. Si esto es así, ¿Quedan pocas esperanzas para ser feliz a pesar de todo? De ninguna manera, si te atreves a conocer y poner en práctica las claves del optimismo inteligente.
Pero… ¿Qué es eso de optimismo inteligente?
No son pocas las personas que aún piensan que el optimismo está vinculado a la ignorancia o a “la negación de la realidad”, mientras que el pesimismo se relaciona con la “iluminación mental”. Estas afirmaciones sostienen un tipo de optimismo que se centra en ser feliz por ser feliz, cerrando los ojos ante la realidad con el propósito de no ser dañado. De esta clase de optimismo se puede asegurar que están los gabinetes psicológicos repletos, de personas que, desconociendo su entorno y a sí mismas, en una mala época descubren que se han estado engañando durante años y que, para su sorpresa, ni ellas mismas ni sus seres cercanos o situación social y económica eran lo que se pensaba.
Esto no tiene nada que ver con el verdadero optimismo. El optimismo inteligente surge a partir de la denominada psicología positiva, una tendencia muy actual que ha encontrado un enfoque diferente en el tratamiento psicológico, centrando sus esfuerzos en el estudio de los elementos de la salud mental en vez de concentrarse en la enfermedad, como ha sido común en psicología. María Dolores Avia, Catedrática de Psicología de la Personalidad de la Universidad Complutense de Madrid y escritora del libro “Optimismo Inteligente”, ha sentado precedente sobre su importancia en el desarrollo del individuo.
Cuatro mandamientos para que seas feliz a pesar de todo
• Abre los ojos. Todos recordamos la famosa película homónima que retrataba una autoimagen distorsionada así como una imagen subjetiva con respecto al entorno. Justamente esto es lo que quién practique el optimismo inteligente debe evitar; mantener sus ojos cerrados a la propia realidad y a lo que ocurre alrededor. Los prejuicios (positivos o negativos), el miedo y el acomodamiento son los peores enemigos del autoconocimiento.
• Alimenta la mente y el cuerpo. No se puede ser feliz a pesar de todo si pesa más la apatía, el carácter autodestructivo (rencor, nostalgia, culpa, melancolía…) y la desesperanza. No hay una fe mayor que la que procede de la fuerza de voluntad de alcanzar un objetivo. Si alimentas la mente y el cuerpo con nuevos objetivos, nunca dejarás de ser optimista.
• “Cultiva los pequeños placeres”. Directamente desde la película de Jean Pierre Jeunet y Marc Caro, Amelie, esta frase es la síntesis del optimismo inteligente. En ocasiones, estamos tan ocupados con llevar a cabo grandes empresas que nos olvidamos de ese día a día, de esos pequeños placeres cotidianos que realmente dan sentido a nuestra vida entera.
El optimista inteligente será un seguidor ferviente de estas delicias diarias, siendo un refuerzo en los días buenos y el sentido en sí mismo en los días malos.
• Lucha. Frases como “yo ya lo he hecho”, “ya soy demasiado mayor” no sirven. La vida es luchar y, curiosamente, la misma batalla, querer crecer, aprender, crear y derribar muros son una garantía contra la enfermedad. ¡Mientras estés vivo, siéntete vivo!
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