Muchas veces me pregunto el porqué de ese tabú a la hora de hablar de sexo. Tanto hombres como mujeres, cuando nos encontramos en nuestros círculos más y menos íntimos, sobre todo entre semejantes del mismo sexo, no tenemos ningún miedo a expresar nuestra sexualidad o a compartir nuestras prácticas sexuales con los demás, pero en el momento en el que aparece una persona del sexo opuesto la cosa cambia.
Los hombres nos pasamos el día hablando de sexo, y el que diga lo contrario miente deliberadamente. El xxxxxx dialéctico-sexual se asemeja a cuando cambiábamos nuestros cromos en nuestra niñez, que si he visto este vídeo, que si me he follado a esta, que si a la otra le daba mandanga de la buena…
Y las mujeres hacen exactamente lo mismo, y no solo eso, sino que hasta hacen reuniones tuppersex para comprar e intercambiar opiniones sobre juguetes sexuales, entre ellos , falos de goma que nada tienen que envidiarle a la espada del Cid. Entonces, ¿por qué somos discriminados por masturbarnos? ¿Acaso hay alguien que no lo haga o no lo haya hecho alguna vez?
El 94% de los hombres y el 85% de las mujeres reconoce que se masturba habitualmente. Entre ellos, casi la mitad admite hacerlo a diario. Sea con la mano, con vibradores, “fleshlights” o vaginas enlatadas, todos, y cuando digo todos es todos, nos masturbamos, las cifras no engañan y los porcentajes restantes mienten.
Superados viejos mitos que convirtieron una práctica natural en algo pecaminoso, la medicina sostiene que la práctica del onanismo brinda grandes beneficios para la salud. Previene el cáncer de próstata, incrementa la potencia sexual, te ayuda a durar más, potencia tu inmunidad y te pone más “happy” que Pharrel Williams.
Por lo tanto, no seamos hipócritas, nos masturbamos y lo sabemos, no es algo que tengamos que esconder, no somos pajilleros y vicios@s, somos vividores de nuestra sexualidad y debe considerarse como algo natural, porque no importa cómo o con quién tengas sexo, cuánto sexo, ni de qué sexo. Todo seguirá siendo mentira si no te lo tomas con la misma naturalidad que el café del desayuno.
http://codigonuevo.com/