Gimnasia cerebral corroborada por la cienciaCada día inundan nuestra mente miles de pensamientos, entre 65.000 y 70.000, que suelen girar en torno a unos pocos temas, y que no varían demasiado a lo largo de los días, semanas o incluso años… Muchas ideas aparecen sin permiso, cuando menos lo esperamos, y llenan de ruido la cabeza sobre temas del pasado o del futuro, haciéndonos reaccionar según el registro de recuerdos, hipótesis y expectativas que crea nuestra mente. De esa forma, vivimos parte del tiempo con el “piloto automático” y prestamos poca atención a los detalles del presente, desconectados del aquí y ahora.
No es que recordar o planificar algo sea malo, muchas veces es agradable o necesario, pero es importante hacerlo conscientemente, cuando queramos y durante el tiempo que deseemos, sin que nuestros pensamientos nos secuestren sin darnos cuenta, porque la mente siempre trata de recordar lo que pasó, y de preveer y planificar lo que puede pasar, pero muchas veces, piensa en situaciones que nunca sucederán, o que poco tienen que ver con lo la realidad del momento, y nos llenan de malestar.
Desconectar del presente, también dificulta la relación con los demás, porque mientras creemos hacerlo, nos dejamos llevar por la imagen que hemos construido de ellos, lo que hicieron o nos gustaría que hiciesen, y no nos damos permiso para conocerlos realmente. Incluso, podemos acabar convirtiéndonos en un desconocido de nosotros mismos que vive en el pasado, en el futuro y en la realidad construida por nuestra mente…
¿Cómo lograr vivir en el aquí y el ahora?
Desde que descubrí y practico el mindfulness siempre lo recomiendo porque ayuda a estar presente, observando lo que ocurre aquí y ahora, en nuestro cuerpo y nuestro entorno, sin juzgar, y sin caer en la tendencia de la mente por opinar y calificar todo en positivo o negativo.
Es cierto que las circunstancias que hemos de vivir no siempre son agradables, pero el mindfulness ayuda a darnos cuenta de cómo respondemos a lo que nos ocurre, y ofrece un espacio en el que pueden aparecer nuevas ideas, podemos darnos cuenta de las posibilidades de elección que tenemos, y así, tomar las decisiones más adecuadas, en lugar de quedar atrapados en hábitos basados en pensamientos distorsionados, y muchas veces repetitivos que añaden sufrimiento a la experiencia.
El único problema al principio para los que se animen a practicarlo en occidente, es que no se nos enseña a meditar desde niños, y no tenemos costumbre de observar la mente, así que al principio, puede ser confuso y frustrante para la mente occidental. Supone un reto, no dejarse llevar por los pensamientos que nos hacen vivir en una montaña rusa emocional, y mirar hacia dentro, puede incomodar y resultar extraño. Pero es una inversión en salud y bienestar como ha demostrado la ciencia.
Algunos estudios, comprobaron como el entrenamiento en mindfulness puede producir cambios en la estructura cerebral en tan sólo ocho semanas, afectando positivamente a regiones como la amígdala y el sistema límbico implicado en las emociones, o en el hipocampo, relacionado con la memoria, y han destacado diferentes beneficios a nivel físico, mental, emocional y social:
· Físico: reduce el cortisol y el estrés (1 y 2), desciende la presión arterial, y refuerza el sistema inmunológico (3).
· Mental: disminuye la rumiación, o el darle vueltas a las cosas, despierta la creatividad, mejora la toma de decisiones, y favorece la capacidad de aprendizaje, la memoria, y la atención (4).
· Emocional: facilita la regulación emocional y el tomar perspectiva, permite vivir con mayor sentido de iniciativa, mejora el autoconcepto y la relación con uno mismo, aumenta la empatía (5 y 6), el bienestar y la serenidad, y reduce los niveles de miedo, ansiedad o ira (4).
· Social: en las parejas, mejora la cercanía, la autonomía, la aceptación del otro, la comunicación y la satisfacción general en la relación (7 y
. Y en los padres con niños con autismo o algún problema de desarrollo, incrementa la satisfacción de la paternidad, la interacción con sus hijos y disminuye el estrés, favoreciendo que los hijos desciendan la agresividad en su conducta (9 y 10).
El mindfulness es como un gimnasio para nuestro cerebro, donde aprender nuevas estrategias para relacionarse con la vida y con la mente, de una forma más amable, eficaz y saludable. Y como pasa en cualquier gimnasio, es necesario constancia, pero neurocientíficos de Harvard observaron que unos 27 minutos al día de media eran suficientes, y lo bueno es que puede practicarse en cualquier momento y lugar, aquí y ahora. ¿Te animas?
(1) Tang, Y., et al. (2007). Short-term meditation training improves attention and self-regulation.
(2) Shapiro, S., et al. (2005). Mindfulness-Based Stress Reduction for Health Care Professionals: Results from a Randomized Trial. International Journal of Stress Management.
(3) Davidson, R., et al. (2003). Alterations in Brain and Immune Function Produced by Mindfulness Meditation. Psychosomatic Medicine.
(4) Tang, Y., et al. (2007). Short-term meditation training improves attention and self-regulation.
(5) Lutz, A., et al. (2008). Regulation of the Neural Circuitry of Emotion by Compassion Meditation: Effects of Meditative Expertise.
(6) Beddoe, A. & Murphy, S. (2004). Does Mindfulness Decrease Stress and Foster Empathy Among Nursing Students? Journal of Nursing Education.
(7) Carson, J., et al. (2004). Mindfulness-Based Relationship Enhancement. Behavior Therapy.
(
Barnes, S., et al. (2007). The role of mindfulness in romantic relationship satisfaction and response to relationship stress. Journal of Marital and Family Therapy.
(9) Singh, N., et al. (2007). Mindful Parenting Decreases Aggression and Increases Social Behavior in Children with Developmental Disabiltiies. Behavior Modification.
(10) Singh, N., et al. (2006). Mindful Parenting Decreases Aggression, Noncompliance, and Self-Injury in Children with Autism. Journal of Emotional and Behavioral Disorders.
Fuente:
http://piensaesgratis.com/bloggers/gimnasia-cerebral-corroborada-por-la-ciencia