El ser humano tiene una enorme capacidad de resiliencia lo que implica que tiene la capacidad de sobreponerse a dificultades adversas sin perder por ello la posibilidad de ser feliz. Cuando deformas una pieza de plastilina, dicha pieza queda tal y como está. En cambio, el ser humano es más moldeable, es decir, tiene la capacidad de sobreponerse y salir adelante. La resiliencia enfatiza precisamente esa capacidad: la de seguir hacia adelante creciendo como persona.
Contar con apoyos externos
El concepto de resiliencia es especialmente humano y realista porque no deja toda la responsabilidad en el sujeto a nivel individual (algo que sí hace la autoayuda). Conviene puntualizar que existen situaciones que pueden ser tan duras en la vida de una persona que sería todo un milagro pedirle al protagonista que pueda superar por sí mismo lo que le ha ocurrido. La resiliencia muestra precisamente que el ser humano necesita apoyos y recursos externos en los que poder apoyarse para seguir camianando con seguridad.
Dichos apoyos externos pueden ser amigos y familia pero también, apoyo profesional. Cualquier tipo de ayuda positiva tiene un inmenso valor. La resiliencia no excluye la autoaydua en tanto que el ser humano en cualquier circunstancia tiene que poner de su parte y practicar la capacidad de superación para afrontar un problema. Sin embargo, el mensaje que transmiten algunos libros de autoayuda pueden dejarnos demasiado encerrados en nosotros mismos.
Unificar resiliencia y autoayuda
La verdadera clave del aprendizaje a nivel emocional siempre es tomar lo bueno de cada corriente psicológica o filosófica. En ese caso, cualquier persona puede sumar herramientas de felicidad a su vida interiorizando el pensamiento positivo propio de los libros de autoayuda más la fuerza que aporta la búsqueda de sentido propia de la resiliencia.
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