La calidad de nuestros pensamientos condiciona nuestra capacidad para alcanzar las metas más altas que podamos proponernos. Debemos tratar de potenciar los pensamientos inspiradores y positivos, y poner barreras para evitar cualquier pensamiento negativo que debilite nuestra acción. Para comprender mejor este concepto, vamos a comentar la historia de Antonio.
Antonio es un agricultor que se dedica al cultivo de la naranja en la huerta de Valencia. Cuando llega el momento del cultivo, selecciona las mejores semillas, y las planta para obtener naranjas de la variedad y calidad que él pretende. Cada una de las semillas que Antonio entierra contiene un naranjo en potencia. Todas y cada una de ellas podrán convertirse en un naranjo, y ofrecer excelentes frutos si obtienen el mimo y la atención necesarios por parte de Antonio.
Esas semillas, si caen en una buena tierra de cultivo, y reciben los tratamientos adecuados generarán grandes árboles con buenos frutos. Las mismas semillas, si caen en un terreno yermo, rodeadas de maleza y sin cuidado alguno, acabarán siendo improductivas.
Antonio, que es un enamorado de su huerto y profesión, cuida sus árboles con extremado esmero. Realiza los riegos que requieren, rodea los árboles con cañas para guiar su crecimiento, y sobre todo, elimina toda la maleza que aparece de forma espontánea en su huerto, alrededor de los árboles que él ha seleccionado.
No lo puede evitar, pero de forma constante, el viento se encarga de llenar su huerto de semillas “indeseables” que reducen la calidad de su obra. No obstante, él realiza una constante labor para evitar que crezca cualquier especie que no sean los naranjos que él se ha propuesto plantar. Está firmemente comprometido con la belleza de su huerto, y no está dispuesto a permitir que cualquier semilla germine en el mismo.
Pues bien, la situación que hemos descrito del huerto de Antonio es muy similar a lo que ocurre en nuestra mente de forma constante. Nosotros, como responsables de nuestras vidas y protagonistas de nuestra acción, somos quienes debemos elegir la calidad de los pensamientos que existen en nuestra mente. Si nos enfocamos en pensamientos positivos, dirigidos hacia nuestras metas y sueños, acabaremos generando un huerto extraordinario, consiguiendo así una cosecha de unos frutos de excelente calidad. Precisamente en cada uno de nuestros pensamientos existe una gran obra en potencia. Vemos así que, igual que el naranjo ya estaba contenido en la semilla, nuestras metas ya están contenidas en nuestros pensamientos.
De forma frecuente nos aparecerán pensamientos negativos, poco inspiradores que tratarán de mermar nuestra ilusión, fuerza y acción. Pues bien, igual que hacía Antonio con la maleza, nosotros debemos ser capaces de revisar constantemente la calidad de los pensamientos que existen en nuestra mente, y debemos evitar que se apoderen de nosotros.
Así, siguiendo el proceso de selección de pensamiento estaremos trabajando para desarrollar una motivación excelente que será la clave para la consecución de nuestros sueños.
No dudemos que acabaremos convirtiéndonos en aquello que pensamos.
© 2013 Miguel Ángel Guilló - @miguel_guillo -
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