“Para comprender la economía es necesario escuchar las lecciones de la naturaleza. Diréis: «¡Pero la naturaleza no nos daninguna lección de economía! ¡Toda esa vegetación, todos esos animales, todos esos humanos que no cesan de nacer y morir desde hace millones de años, qué derroche! ¿Para qué han servido todas estas vidas?» Para nada, por supuesto, en el sentido que vosotros entendéis la palabra «servir». Pero todas esas vidas son útiles en la economía cósmica, y la naturaleza nunca se ha sentido perturbada por los miles de millones de cadáveres de seres humanos, de animales y de plantas: vuelven a la tierra para dar paso al nacimiento de otros seres vivos.
Mientras que, ¡observad las dificultades que encuentran las sociedades modernas para deshacerse de sus desechos! Fabrican cada vez más materias que, cuando han sido utilizadas, no se descomponen de forma natural y polucionan la tierra, el aire, el agua, etc. Diréis: «Pero los materiales plásticos, las pilas eléctricas, la gasolina, la energía nuclear, etc., representan un gran progreso.» Por supuesto, yo no digo lo contrario. Pero al mismo tiempo que se realiza este progreso, es necesario reflexionar sobre los inconvenientes que también conllevan para encontrar los medios de neutralizarlos.”
Omraam Mikhaël Aïvanhov