Todos Somos Magos en Potencia

El ser humano raramente es consciente de todo su potencial. Estamos acostumbrados a juzgar a los demás por lo que hacen, o por lo que vemos de ellos; sin detenernos a valorar cuales son las capacidades y virtudes que una persona posee en potencia. Tomamos así muchas veces el todo por la parte y creemos que si alguien no hizo algo mejor es porque no puede, sin pararnos a pensar que quizás lo que está haciendo no le motiva, no le interesa o no se ha preparado lo suficiente.
La experiencia y la metafísica nos demuestran que, en realidad, todos somos magos en potencia y que tenemos en nosotros las capacidades y habilidades necesarias para emprender y lograr todo aquello que nos propongamos. Hay personas que pueden creer que algo les va grande, que es demasiado y que no merece la pena luchar por una causa perdida de antemano. Pero no hay nada más lejos de la realidad. La vida nos demuestra continuamente cuan equivocados estamos al hacer tales afirmaciones escudándonos en frases como: "soy demasiado joven para comprenderlo, así que no tengo porque esforzarme ahora" o "a mi edad ya no merece la pena complicarse la vida, total ya llego tarde" o "para el poco tiempo que tengo, mejor hago otra cosa que total tampoco pasa nada".



TODOS SOMOS MAGOS, ATREVÁMONOS


Esto nos sucede a menudo cuando tenemos un sueño en la vida pero que es complicado de alcanzar y exige esfuerzo por nuestra parte. También nos sucede cuando pensamos en el esoterismo, creyendo que nosotros no somos capaces de lograr lo que si consiguen otras personas basándonos en la idea de que hay personas que tienen capacidad para ello y otras que no y no se le puede hacer nada.
Pero todo esto es un error. Todo el mundo, a cualquier edad, en cualquier momento, puede lograr lo que desea y convertirse en aquello que siempre ha querido ser. No hay nadie que no pueda aprender alquimia, cábala, hermetismo, reiki, magia, o cualquier corriente; todos podemos hacerlo si queremos, y eso es lo que nos falta en muchas ocasiones: la voluntad.
Olvidamos muy a menudo que es la voluntad la que nos impulsa. Si uno aprende a dirigir sus pensamientos, sus palabras y sus acciones podrá lograr todo lo que se proponga, y lo único que hace falta para ello es la voluntad de hacerlo y aprender a cómo hacerlo porque todos somos magos desde el momento en que nacemos.
Fuimos creados por el Padre, y lo fuimos a su imagen y semejanza. Uno no debe tomar esas palabras en su sentido literal; sino en su sentido espiritual. Esto quiere decir que gozamos de sus atributos, por lo que también tenemos la capacidad de crear y modificar nuestro entorno para bien; y para ello tan solo necesitamos la voluntad de hacerlo.
A esa voluntad hay que añadirle también un conocimiento, a fin de que nuestro tiempo y nuestra dedicación rindan al máximo. Cuando somos conscientes de esto y poco a poco empezamos a trabajar, veremos que quizás al principio nos cueste un poco lograr nuestros objetivos, por lo que será mejor que nos fijemos objetivos relativamente sencillos y al alcance de nuestras capacidades. Pero si somos constantes pronto veremos aumentar nuestras capacidades y podremos conseguir mayores objetivos en menos tiempo. Hasta ahora hemos permanecido inactivos, por lo que es como si nuestros poderes tuvieran que desperezarse y tonificarse de nuevo; pero una vez los hayamos despertado veremos que todo funciona sin problemas.



LA PRÁCTICA NOS HARÁ CRECER CADA DÍA MÁS


Si bien todo el mundo, sin excepciones, tiene la capacidad de obrar magia, de cambiar lo que desee de su vida para bien y de convertirse en un mago excelente, también es verdad que para ello debe tener primero un poco de paciencia. Uno podría aquí pensar que, entonces, a cierta edad ya no merece la pena, pero el tiempo de espera tampoco es tan largo. Sencillamente debemos ser conscientes de que estamos haciendo algo nuevo, algo en lo que aún no somos doctos y expertos artífices, y que, en consecuencia, los primeros resultados serán quizás menos espectaculares de lo que esperamos. Pero, como en todo, si nos dedicamos con constancia veremos que los resultados van a progresar sin problemas a no mucho tardar.
Nadie esperaría de un músico principiante que tocara grandes sinfonías, pero con unos pocos meses de ensayo si puede esperarse de él que interprete algunos temas más sencillos sin problemas y con una buena ejecución.

Otro detalle que debemos observar si queremos despertar a nuestro "mago interior" es que nuestra voluntad debe acompañarse del conocimiento de los mecanismos necesarios. Estos mecanismos, que muchas veces se han planteado como intrincados rituales, enrevesadas fórmulas, etc. son mucho más sencillos de lo que uno pudiera esperar. Todos podemos trabajar con tan solo nuestra mente, palabras y acciones añadiéndoles una pizca de atención, voluntad y constancia.
Sabemos que el pensamiento y la palabra son creadores, por lo que para empezar será suficiente con que vigilemos a nuestra mente y a nuestras palabras. Cada vez que pensemos en algo negativamente, por ej. "no voy a encontrar trabajo", o se lo vayamos a decir a alguien, hagamos el pequeño esfuerzo de cambiar inmediatamente la formulación en "Voy a encontrar trabajo muy pronto"; y así con todo lo que podamos imaginar.
Aunque esto pueda parecer sencillo a tenor de la imagen que acostumbramos a tener de la magia, es un paso vital y que nos va a abrir muchísimas puertas. Imaginemos lo que podemos hacer si cada vez que decimos algo malo para nosotros, lo replanteamos en algo positivo.

Desde luego que existen más métodos, fórmulas, rituales y demás; pero la base de todo trabajo siempre es mental; y si queremos ser los magos que somos en realidad eso es con lo que debemos empezar.

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