La comunicación es fundamental en nuestro entendimiento con los seres queridos, a tal punto que si no fluye puede causar grandes estragos a la relación. Especialmente cuando se trata de parejas, ya que la intimidad propicia el diálogo sincero, las conversaciones intensas y ¡las discusiones o peleas!
Podemos seguir siendo nosotras mismas, con la sutil diferencia de manejar de forma consciente nuestras expresiones, palabras y acciones, para evitar conflictos inútiles que trae consigo la convivencia.
Echarle más leña al fuego no servirá de nada, por lo que te decimos qué hacer para que en lo posible abunde la armonía, y cesen los pleitos entre tú y tu Romeo... ¿Verdad que suena fantástico? Sigue estos pequeños pasos y notarás la gran diferencia.
1. Nunca se vayan a la cama enojados. Una pareja que conozco aplica esta táctica que les ha funcionado muy bien. Por muy fuerte que hayan discutido, jamás, bajo ninguna circunstancia se vayan a dormir sin haberlo conversado. Esto hace que el malentendido se aclare antes de lo pensado, y al amanecer las cosas sigan en total normalidad para ustedes. El café mañanero sabe mejor si viene acompañado de un beso, un abrazo o un cumplido de tu pareja.
2. No te pongas intensa. No encuentro una palabra mejor para describirlo que intensidad. Supongamos que le reclamaste algo, le dijiste lo que te molestaba y el no reaccionó. Puede que lo esté analizando o no haya sabido qué responderte, pero eso no quiere decir que no le importe. Déjalo tranquilo, pues si insistes sobre lo mismo lo abrumarás y será peor, huirá lo más lejos posible. A los hombres no les gusta que los agobien, por lo que te recomiendo mucho tacto y paciencia.
3. No se saquen los trapitos al sol. Ventilar sus problemas privados delante de otras personas es algo que te dejará muy mal parada ante sus ojos. No es nada agradable que los familiares y amigos se enteren de las cosas que te molestan de él, y menos en su propia cara. Por muchos deseos que tengas de hablarlo, espérate a estar solos. Una relación es de dos y la intromisión de terceros es una de las peores cosas que puedes permitir.
4. No te empeñes en buscar un culpable. Una discusión siempre tiene dos partes, y si te empeñas en decir que tu pareja es culpable, por muy enojada que estés, cerrarás el diálogo y las posibles soluciones que puedan surgir. Evita expresiones radicales, tales como: "Cada vez que tú...", "Porque tú nunca..." o "No soporto cuando tú...". La idea es generar entendimiento y reconocer cada uno sus errores, por el bienestar mutuo y de la relación. Hablar tranquilamente es a veces la alternativa más sensata, aunque no lo creas.
5. Evita los insultos. Cuando una está molesta, puede llegar a botar culebras por la boca, por así decirlo. La furia hace que hablemos de más, y digamos palabras ofensivas que no solo desfavorecen la comunicación, sino que pueden ofender a la otra persona. Créeme que es verdad eso de que contemos hasta diez antes de hablar, para no tener que arrepentirnos más tarde. Puedes decir lo que quieres siendo firme y clara, pero sin ofender. ¡Recuérdalo!
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