Muchas personas piensan que enfrentar una crisis de pareja es un asunto de probabilidades más que de consecuencias. Me explico: Piensan que tuvieron la “mala suerte” de tener una relación de pareja poco satisfactoria o un mal matrimonio.
Sin embargo, no es un mero asunto de probabilidades. Simplemente se trata del reflejo interior, de lo que ocurre en nuestra vida, de cómo interpretamos y construimos nuestro mundo. No se trata simplemente de tener suerte y encontrar a la persona indicada. Si no que de crear las condiciones que deseamos. Es como cualquier objetivo que te plantees.
Para conseguir cambiar las cosas, superar una crisis de pareja, disfrutar de tu matrimonio, tienes que cambiar algunos hábitos de comportamiento. Me gustaría recomendarte algunos en particular.
Cambiar el dialogo interior.
Esta es probablemente una de las cosas más difíciles de conseguir. En este caso particular, quiero referirme específicamente a las quejas. Dejar de quejarse de nuestra pareja, de nuestras circunstancias o de los demás es en realidad una tarea muy ardua, porque implica tener que vigilar nuestros pensamientos.
Quejarse termina por alejar a las personas. Y con razón. Con esa actitud no aspiramos a la verdadera gratitud, y más parece ser que despreciamos todo lo que el universo nos está ofreciendo.
¿Cómo podríamos crear un clima de amor y respeto si siempre estamos quejándonos?
Es verdad que hay cosas que pueden mejorar. Pero quejarse no es la vía para lograrlo. Intenta agradecer las cosas que sí tienen. Eso hará que tu percepción cambie inmediatamente.
Tomar la responsabilidad por los problemas.
Este aspecto es clave si quieres mejorar definitivamente tu relación y superar una crisis de pareja. Tomar la responsabilidad no es culparse o culpar a tu pareja de las discusiones, las faltas de respeto, los celos, o cualquier otro problema. Simplemente quiere decir que asumiremos las consecuencias que conllevan nuestros actos. Si el resultado no es el que esperamos, corregiremos el rumbo.
Es muy común que las personas confundan la responsabilidad con culparse a sí mismos de lo que ocurre. Esto no es sano. La culpa solo trae ansiedad y angustia. Tampoco es útil culpar a tu pareja de las cosas que van mal. Sé que es difícil no pensar en que si nuestra pareja actuara de cierta forma, “no tendríamos ahora dificultades”. Es tentador pensar eso, y en cierta forma “reconfortante”, pero a fin de cuentas, eso no resuelve el problema de fondo.
Permitir la bondad en nuestra vida
Supongamos que uno de tus objetivos es que tu pareja te escuche realmente. Para conseguirlo no basta con pedirlo claramente o de forma amable. Eso es solo una parte. En realidad, para ver resultados duraderos, tienes que actuar de la misma forma. Y no solo tratar a tu pareja de la forma en que quisieras ser tratado. Si no que también tratarse a uno mismo de esa forma.
Las relaciones humanas son tremendamente complejas y muchas veces las cosas no salen como esperábamos, pero casi el 100% de las veces el tratar con respeto y cariño a los demás y a tu pareja, traerá como consecuencia más de eso mismo a nuestra vida. El tratar con respeto a tu pareja siempre funcionará de forma perfecta, aunque no sea de la manera que esperas.
Si quieres realmente resolver tus problemas de pareja, comienza hoy mismo a aplicar estos tres principios. No existe una forma mágica que haga que tu relación funcione perfecta. De hecho, siempre existirán dificultades, pero si tienen una base sólida, nunca más volverán a atravesar por una crisis profunda.
Roberto Doussang