Entre las historias que se cuentan merece una atención especial esta que vamos a contar ahora. Más que nada porque es una de esas historias, una de esas leyendas que aun a día de hoy no está muy claro si se trata de una leyenda urbana o de un hecho real.
Estos hechos se relatan para alertas a las personas, sobre todo a los adolescentes para que tengan precaución con las compañías que frecuentan. No es para menos.
Hace unos 20 años, allá por el inicio de la década de los 90 alrededor de 1990 o 1991, se cuenta que había un grupo de personas que utilizaba a mujeres para reunir adeptos para entrar un grupo muy especial.
Hay un caso concreto en el que un joven universitario, alto, con buena presencia atractivo en definitiva, decidió pasar una noche con una mujer que acababa de conocer en la parada el bus. Habían conectado de manera instantánea al menos eso era lo que creía este muchacho.
Por eso no dudo en telefonear a sus papás y hacerles saber que esa noche la pasaría fuera. Hay que decir que se deshizo fácilmente de ellos ya que les dijo que estaría toda la noche con un compañero de clase estudiando. Supongo que son excusas típicas.
La noche fue de lo más apasionada. No obstante, este chico del cual no se conoce el nombre, según cuentan quieren mantenerlo en el anonimato, disfrutó como nunca antes lo había hecho.
Y es que la pasión desenfrenada y elevadas dosis de alcohol era todo lo que hacía falta para disfrutar.
El problema llegó cuando al despertar noto un ligero dolor en un costado. Inmediatamente pensó que se debía a los efectos del alcohol ingerido la noche antes.
Nada más lejos de la realidad.
Al mirar se frente al espejo vio una pronunciada cicatriz a la altura del abdomen y una nota con un mensaje: “Gracias por esta noche de pasión… Y por tu riñón”.
http://webdelmiedo.com/conociendo-a-la-desconocida/