Una de las razones más frecuentes es esa creencia de que eres el pilar de todo y que sin ti las cosas no funcionarían. Por supuesto, no es cuestión de subestimar tu papel en tu familia o profesión pero, ¿qué has conseguido hasta ahora con esa actitud? Esto es algo muy común en las mujeres, no lo vamos a negar, pero hay que tener cuidado, que no te obceques tanto con estar para todo y para todos y que un día te des cuenta que tu no has hecho nada realmente significativo para ti. Y eso sólo lo puedes decir tu. Entonces, ¿qué puedes hacer al respecto?
1. Dejar de pensar que si te preocupas por tus cosas eres una egoísta. Esto lo he mencionado varias veces, querer cumplir tus objetivos, tener sueños y deseos y sacar tiempo para ti NO es ser egoísta. Es ser un ser humano con intereses, no un robot y tienes todo el derecho del mundo (y si alguien te ha dicho lo contrario, a buscar otras compañías). Dejar de pensar así no es fácil, pero cada vez que te encuentres pensando eso, recuérdate que tienes derecho a tener tiempo para ti y que si tu no estás bien, los que te importan tampoco y tu profesión también se resiente. Así que sacar tiempo para ti beneficia a todos, que no se te olvide.
2. Dejar de pensar que si tu no haces algo se acaba el mundo y nadie sobrevivirá. Es imprescindible que aprendas a delegar. Si eres exigente y perfeccionista te costará, para qué negarlo, pero piensa en el beneficio a corto y largo plazo de hacerlo. Es imposible que puedas con todo tu sola, y si ahora puedes, te irás adjudicando cada vez más obligaciones hasta que acabes totalmente agotada y tampoco queremos llegar a eso. Es mejor parar las cosas antes, ¿no? Así que empieza a practicar delegando tareas que no te gusten, no se te den bien o que cualquier otra persona pueda hacer. Tanto personal como profesionalmente. Tareas como la limpieza de la casa, la contabilidad, la compra (pedir por Internet por ejemplo te puede ahorrar tiempo), etc. Para cada persona y situación es diferente, así que siéntate y piensa por dónde vas a empezar a delegar.
3. Determinar si parte del problema es la falta de organización. Puede ser que te descuides porque te exiges o te exigen demasiado o porque no te organizas bien y crees que no tienes tiempo pero en realidad sí.
4. Dejar de querer estar en todo porque al final no estás en nada. Hay que empezar a ser más selectiva y cuando te involucres en algo hacerlo bien. Eso implica aprender a decir no y tener muy claro que actividades y compromisos de verdad quieres hacer y cuáles te acercan más a tus objetivos. Una pregunta clave a tener siempre en mente es:
¿Esto que estoy haciendo ahora me acerca más a mi propósito/objetivo/sueño (o lo que tengas en mente)?
Esto también puede ser difícil, ¿cómo saber qué hacer y que no hacer? Cuanto más claro tengas lo que quieres conseguir, tanto personal como profesionalmente, más fácil te resultará decidir qué aceptar y qué posponer o rechazar.
Si te sientes atada por las circunstancias o personas que te rodean que no se te olvide que eres tu la que se deja atar. Es duro de oír pero es cierto, todos tenemos nuestras debilidades y es importante ser conscientes de ellas y actuar en consecuencia. No puedes cambiar a las personas pero sí puedes hacer algo distinto de lo que haces ahora y eso solo depende de ti
http://www.coachdelaprofesional.com/atada-por-los-demas/