Existe únicamente un propósito para toda la vida, y es, para vosotros y para todo lo que vive, experimentar la gloria más plena.
Todo lo que decís, hacéis o pensáis está subordinado a esta función.
Vuestra alma no tiene que hacer nada más que eso, y no quiere hacer nada mas que eso.
Lo maravilloso de este propósito es que nunca termina. Un fin es una limitación, y el propósito de Dios carece de este límite. Debe llegar un momento en el que os experimentéis a vosotros mismos en vuestra gloria más plena, y en ese instante imaginaréis una gloria aún mayor. Cuanto más seáis, más llegaréis a ser, y cuanto más lleguéis a ser, más podréis ser todavía.
El secreto más profundo es que la vida no es un proceso de descubrimiento, sino un proceso de creación.
No os descubrís a vosotros mismos, sino que os creáis a vosotros mismos de nuevo. Tratáis, por lo tanto, no de averiguar Quiénes Sois, sino de determinar Quiénes Queréis Ser.
Fragmento del libro
Conversaciones con Dios
de Neale Donald Walsch.