Los griegos pensaban que el hombre, en general, sólo es capaz de lo mediocre cuando hace algo, que se acerca tan sólo mínimamente a lo sublime. En realidad es un dios quien está actuando por su intermedio y, ciertamente, en el Ciclo Troyano algo de esto ocurre…
Los Aqueos vencen después de diez años de lucha frente a la “bien amurallada Ilion”, la saquean y la incendian. Asesinana los hombres, y a las mujeres y niños los reducen a la esclavitud.
Lograron vencer gracias a una estratagema del “astuto” Odiseo, fecundo en ardides: gracias al famoso y magnífico caballo que los habitantes creyeron un regalo de los dioses. Dejaron que el artilugioentrara en la ciudad, a pesar de las advertencias de Casandra, hija de Príamo, quien -como sabemos- tenía el don de profecía, pero estaba condenada a que no le creyeran. También desoyeron lasde Laoconte, sacerdote de Apolo en Troya.
Durante la noche, del vientre del caballo sale una patrulla, abren las puertas de la ciudad al resto del ejército Aqueo que lleva a cabo la destrucción de la ciudad, y sus habitantes. -Es bueno aclarar que la ciudad de Troya existió, y que fue saqueada por una expedición de pillaje de los Aqueos procedentes de los reinos Micénicos.
Pero…no había terminado todo. La Moira tenia otros designios para los vencedores. Llegó la hora de Némesis, los griegos debían pagar los crímenes cometidos. Cuando zarpan de Troya, una serie de tormentas con todos los vientos del universo hacen que el naufragio sea inevitable, mueren muchos. Pocos héroes regresan a sus tierras. Como resultado del temporal las naves de Odiseo se separan del resto de la flota griega…y así comienza un viaje que durará diez años más.
Durante ese periplo, el astuto Odiseo, fecundo en ardides, no hizo justamente una vida casta.
Odiseo y sus amores
El romance con Circe.
Después de sus variados encuentros con Cíclopes como Polifemo, hijo de Poseidón, con Lestrigones devoradores de hombres, etc., etc., Odiseo cuenta ahora con una sola nave y así arriba a laIsla de Ea.
En un principio no están muy convencidos de atracar allí dado el antecedente de sus pésimos encuentros recientes, así que tan sólo un número reducido de hombres se dispone a inspeccionar la isla. Descubren un lugar donde reina la paz y la armonía. Les extraña, sin embargo, el gran número de animales salvajes como lobos y leones que se acercan a ellos mansamente restregándose contra sus piernas. Descubren por fin un bello palacio rodeado de flores. Llaman a la puerta y los recibe una joven muy hermosa que estaba hilando mientras cantaba con una bella voz. Sin dudarlo los invita al interior del palacio donde los convida a comer y a beber. Pero esta bebida estaba mezclada con un filtro que apenas ingerido los convierte en cerdos. De esta manera son encerrados en el chiquero junto con las otras bestias.
Ante la tardanza, Odiseo decide partir a buscarlos. En el camino se encuentra con el dios Hermes que ha venido a prevenirlo. Le informa de todo lo ocurrido y le da un antídoto para que la bebida de Circe, que así se llamaba la bella y joven hechicera, no surtiera efecto con Odiseo. Éste bebe el antídoto y continúa el camino en busca de sus compañeros. Llega al palacio donde es recibido por Circe quien lo invita con comida y bebida. Ella lo acompaña en este menester desde su silla dorada. Odiseo no hace mención de sus compañeros y cuando ella le ofrece la bebida la acepta sin demostrar ningún temor o aprehensión. Por supuesto, la mezcla no ha tenido ningún resultado sobre él que, al punto, desenvaina su espada y se arroja sobre Circe. Al reconocerlo, la hechicera le dice que sabía que con él el brebaje no tendría efecto. Se produce entre ellos un enfrentamiento, pero al final llegan a un acuerdo.
Dice Circe: “… O por caso eres tu ese Odiseo mañero que siempre me auguró el Argifonte (se refiere a Hermes), el de la vara de oro, que habría de llegar en su negro, ligero bajel al retorno desde Ilión? Vamos, pues,pon tu espada en la vaina y ahora sin tardanza a mi lecho subamos los dos, por que unidos en descanso y en amor, confiemos el uno en el otro…”
Así Circe devuelve a los compañeros de Odiseo su estado humano. Estos retoman su forma, más jóvenes y hermosos, más vivaces, y robustos. También nuestro héroeva enbusca de los que quedaron en la nave que, si bien no estaban muy convencidos, aceptan al fin ir al palacio. Circe, la hechicera tía de Medea, con todos sus poderes, no es cruel, ni maligna. Hace todo lo posible para que sean felices. Se habrán de quedar allí todo un año con “banquetesde carne sin fin y de vino exquisito”.
Al fin los hombres de Odiseo comienzan a aburrirse, de hecho quien más entretenido está, por cierto, es el propio Odiseo, sus hombres no comparten el lecho con ninguna joven.Entonces le recuerdan que deben ir pensando en el regreso. Circe no trata de retenerlo, ni de evitar su partida por otros medios. Una vez más lo ayuda con todo lo que puede.
Odiseo y Circe vivieron un idilio pleno, algunas narraciones dicen que tuvieron dos hijos, un varón llamado Telégono y una niña llamada Casifone. Sea como fuere, es evidente que durante un año Odiseo se olvidó de su amada tierra y de su queridísima esposa, y que si sus hombres no se lo recuerdan, todavía estaría en la isla de Circe.
La isla de Calipso
Calipso era una ninfa que vivía en una gruta en la isla de Ogigia. Hija de Atlante, era la más solitaria de las divinidades. Esta gruta era profunda y tenía muchísimas salas que daban a un jardín natural, un bosque sagrado con manantiales que fluyen constantemente. Pero Calipso era una diosa de la era anterior, de la estirpe de Crono, el reino derrocado por Zeus.
Allí fue a parar Odiseo tras sortear una tormenta más. Esta vez había perdido todo, sus hombres habían muerto y de su nave solo quedaba un madero. Aferrado a él flotó durante nueve días, al cabo de los cuales las olas lo dejaron en la playa de la isla de Calipso. Esta isla del fin del mundo estaba fuera del espacio y del tiempo. Odiseo vivió allí, en una constante intimidad amorosa con Calipso. No hubo nadie más, solo las siervas, también ninfas. Odiseo estuvo fuera del mundo en un lugar sin tiempo. Un lugar mas allá de la vida y de la muerte. Allí lo amó Calipso que quiso para él una vida sin vejez y sin muerte, es decir: la inmortalidad propia de los dioses. Junto a sus alimentos de hombre le ofrecía néctar y ambrosía, sus propios alimentos.
Entre siete y diez años estuvo a su lado, infinidad de veces le relato a la diosa los acontecimientos de Troya y vivió como su esposo, según él sin llegar a estar convencido, derramando constantes lágrimas, y entre llanto y llanto, según algunos cronistas, tuvieron dos hijos: Nausitoo y Nausinoo.
Finalmente llegó la hora de la partida. Todo ocurrió por intercesión de Zeus quien pidió a Atenea, protectora de Odiseo, que le ordenara a Calipso que lo ayudase a partir. Calipso supo que lo tenía que dejar ir pues así lo disponen los dioses. Lo auxilió a construir una nave, le dio abundancia de vino y manjares, le puso inmortales vestidos, y le ofreció una brisa templada y suave. Diecisiete días tardo Odiseo en divisar la isla de los Feacios, quienes lo ayudarían para regresar a su patria y a su esposa.
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