Conforme los años pasan y el ser humano se va haciendo viejo, las necesidades van cambiando, la mentalidad y por supuesto, también físicamente el cuerpo. Y son precisamente esos cambios físicos inevitables, los que si no se conocen y manejan adecuadamente pueden afectar a las personas (hombres o mujeres) cuando se hacen viejos.
A continuación analizaremos cinco de los principales cambios físicos que sufren la mayoría de los varones a partir de los cincuenta y cinco años y que si bien afectan respuesta sexual, no tienen porque afectar su el placer de disfrutar su sexualidad.
1.- Necesitan más tiempo y más estimulación para conseguir la erección del pene.
2.- Las erecciones son menos firmes y se mantienen durante un poco menos tiempo.
3.- Se reduce la cantidad de semen y disminuye la intensidad de la eyaculación.
4.- La necesidad física de eyacular es menos y, en algunos casos, se producen "orgasmos secos" es decir, sin eyaculación, aunque es poco frecuente.
5.- Se prolonga el período de tiempo refractario tras la eyaculación durante el cual el hombre es incapaz de lograr una nueva erección y eyaculación.
Como puede verse, los cambios no son drásticos y no suponen una importante merma para el funcionamiento sexual. Sin embargo, si se interpreta como señal de que la vida sexual se acaba, o no se cambian las expectativas y conductas y se pretende llevar a cabo la misma vida sexual que a los veinticinco años, entonces si es posible que aparezcan los problemas de carácter psicológico al no darse la misma respuesta y actividad sexual.
En lo que se refiere al género femenino, tras la menopausia en la que la mujer tuvo cambios hormonales drásticos y por ende de apetencia sexual, ella se vuelve a estabilizar, sin embargo su cuerpo ha sufrido cambios físicos, cambios que de alguna manera afectarán a su respuesta sexual, y que son los siguientes:
1.- En la fase de excitación ya no aumenta el tamaño de los pecho, aunque éstos siguen conservando su sensibilidad a la estimulación sexual.
2.- También disminuye el rubor sexual y decrece la tensión muscular durante la excitación, lo que en parte puede explicar que a veces el orgasmo se presente con menor intensidad. Pero ninguno de estos cambios repercute ni en las sensaciones eróticas ni en el desempeño de la actividad sexual.
3.- La respuesta del clítoris no suele presentar alteraciones, pero sí la vaginal, ya que se pierde elasticidad en las paredes vaginales, con la consecuente disminución de su capacidad de expansión.
4.- Igualmente disminuye de forma apreciable la lubricación. El descenso en la producción de estrógenos es el responsable de estos cambios vaginales.
Para concluir este tema, es preciso señalar que, conforme aumenta la edad, también lo hace la incidencia de diabetes, hipertensión, alcoholismo, tumores, etc., enfermedades que pueden afectar bien al interés, bien a la propia respuesta sexual.
También es muy importante destacar que aunque se produzcan cambios físicos fuertes e inevitables, ninguno es tan clave como para impedir continuar con esta actividad, y mucho menos para impedir gozar intensamente con ella. Por supuesto que las actividades sexuales cambian, pero al igual que se modifica la forma de pensar o la capacidad de comer, la satisfacción de disfrutar de la sexualidad, no tiene porque acabar.
Recuérdese además, que toda pareja mayor de cincuenta y cinco años en promedio, no solo no debe identificarse, sino que ni siquiera debe pensar en que a esa edad, la actividad sexual y el coito es lo más importante en la vida; ya que también hay otras cosas y actividades que suelen unir a las parejas, aunque por supuesto, ello no quiere decir que se olviden de lo placentero que puede ser su sexualidad.
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por gerundio Hoy a las 13:00
