La tierra es el símbolo de LA MATERIA, la vida, la fertilidad y su energía base es la magnética de atracción. Nuestro equilibrio material depende del dominio de los otros tres elementos de la creación: Fuego (espíritu), Aire (mente) y agua (Emociones).
La tierra es uno de los 4 elementos esenciales de la creación
Representa la materia como principio receptor femenino que es vivificada y animada (dotada de vida) por el espíritu, principio masculino. Psíquicamente es nuestra capacidad de materialización.
Es la última de la cadena de la manifestación física después del fuego, el aire y el agua, y la depositaria de la semilla que hará germinar los frutos gracias a la acción de los demás elementos.
Es decir, si hay inspiración y entusiasmo (espíritu-fuego), una buena idea (mente-aire), amor por ella (emoción-agua) y actuamos en consecuencia (acción-materia), eso se hará realidad.
Simbolismo de la Tierra
Simbólicamente la tierra que recibe las semillas del espíritu también es nuestra materia física, es decir, nuestro cuerpo físico.
Soñar con tierra fértil nos habla de nuestra vitalidad, nuestra naturaleza interior rica y productiva, precursora de abundancia y bendiciones futuras. Concéntrate en dar vida a tus buenas ideas a través de tu interés, amor, constancia, trabajo y atención y las harás realidad.
Soñar con tierra yerma nos habla de nuestra propia sequedad interior, de la falta de vitalidad, de luz, amor y trabajo personal necesarios para la feliz conclusión de nuestros asuntos materiales. Si prestas tu atención y energía a lo negativo le estarás dando vida y recibirás lo mismo de vuelta.
Cultivar la tierra implica abundancia
Cultivar la tierra es un magnifico sueño de abundancia obtenida a través de trabajo de transformación de la materia. La abundancia puede venir de una herencia, de un préstamo, de un matrimonio, por el juego… y del trabajo bien hecho.
Cultivar algo contiene todo el proceso de transformación de la Madre Tierra, prepararla, desbrozarla, sembrar, regar, y cuando los frutos están listos cosechar y consumirlos. Es una analogía que usamos con mucha frecuencia, pues cultivamos amistades, dones, cualidades, costumbres.
Cultivar es un proceso que necesita un proyecto definido, una preparación, además de dedicación, constancia, amor, cuidado, paciencia y trabajo, cualidades que puedes estar necesitando desarrollar en este momento.
El que no sabe cultivar ni cultivarse, no puede cosechar los frutos de un trabajo interior bien hecho. ¿Eres de los que pretenden cosechar sin trabajar? ¿Conoces las reglas de la manifestación material a través del trabajo? ¿Qué parte del proceso podrías mejorar?
El barro y nuestra estabilidad
El barro mezcla dos elementos primarios, la tierra y el agua, es decir, la materia y la emoción. El barro contiene en ocasiones un exceso de agua, lo que nos sugiere una sobreabundancia emocional con respecto a lo material.
Eso conlleva una inestabilidad en la persona, la misma que simboliza el caminar sobre el barro. El miedo a quedarse sin sustento, la duda sobre la propia capacidad de ganarse la vida o la precariedad material, son aspectos que suelen verse reflejados en éste símbolo en su vertiente negativa.
¿Tienes miedo a tu futuro material? Ten en cuenta que ese miedo puede perjudicarte más que las circunstancias difíciles por las que atraviesas, has de extremar tus precauciones.
Moldear el barro
Soñar con tierra, en concreto con barro, también se puede interpretar como la capacidad de crear lo que uno desea moldeando el barro, o lo que es lo mismo, el trabajo creativo y consciente sobre la materia. Es un símbolo de dominio de la naturaleza.
¿Necesitas aprender a moldearte a voluntad o a moldear tu vida?.
¿Con que tipo de tierra has soñado?
Describiendo la tierra del sueño podremos identificar el tipo de naturaleza interna que tenemos en ese momento, qué patrón está representando, y qué podríamos hacer para mejorar.
El bosque por ejemplo representa una naturaleza poderosa y sabia. Es en el bosque dónde está la potencia de vida, el conocimiento y todas las posibilidades de regeneración. En su versión positiva simboliza la abundancia y un dominio y conexión perfecta con la naturaleza. En la negativa denota peligro, miedo a lo desconocido y desconocimiento de las verdades ocultas.
La Selva es de naturaleza extrema, salvaje, rica, vital, exuberante, pero a la vez intrincada, a veces oscura, difícil para vivir, sin domar, igual que la persona con enormes capacidades que debe aprender a ejercer el dominio sobre sí misma y su entorno para poder alcanzar el equilibrio. Cuantas más capacidades naturales uno tiene, más necesidad tiene de aprender a dominarlas para su beneficio y el de la colectividad. Tienes enormes capacidades y dones pero ¿eres capaz de dominarlos?
El Jardín por el contrario busca el equilibrio, la armonía, mejorar la naturaleza, ordenarla, limpiarla, dominar lo salvaje por medio del trabajo, el orden y la belleza. ¿Necesitas equilibrar, modelar y embellecer tu personalidad, tus bienes materiales, emocionales, mentales o espirituales?
El jardín como paraíso interior
El trabajo sobre el jardín es la analogía de la construcción de nuestro propio paraíso interior, con estanques que nos devuelven el reflejo de la realidad en que vivimos, con flores que lo llenan de significado simbólico por sus colores y esencias, con fuentes de dónde manan los regalos de la Fuente Divina que todo lo crea.
“Tu tierra” es la que recibe de los demás elementos y con ellos genera vida, responde a las leyes fundamentales de la física de causa y efecto, acción y reacción, lo que le des te lo devuelve, es maestra benevolente o implacable dependiendo de cómo la trates. Esa es su lección de vida.
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