Dicen que “el celoso no sufre por lo que ve, sino por lo que imagina”. Es posible que estés sesgando la realidad por miedo a perder a tu pareja, y tus celos estén injustificados. En ese caso, lo recomendable es intentar apartarlos como sea. Sin embargo, no siempre hay que asumir que los celos hay que quitárselos y olvidarlos: hay veces que los celos funcionan como una especie de alarma, avisan de que algo no está funcionando bien entre vosotros (rutina, desinterés, cansancio…) y por eso una tercera persona está colándose en vuestro espacio. En este otro caso, es necesario que determinéis juntos los pasos a seguir, si queréis salvar la relación. Sea cual sea vuestra situación, hay cinco cosas que no debes hacer cuando te sientas celoso. ¡Cuidado, es muy fácil caer en ellas!
No acuses a tu pareja, ni des por hecho cosas inciertas, o se pondrá a la defensiva. Los celos es un tema que debe tratarse con delicadeza y dulzura. Además, hay personas que son muy susceptibles a que se ponga en duda su confianza, cuando sienten que no están dando motivos. Aclara con tu pareja qué razones tienes para sentirte celoso. Habla con sinceridad, no ocultes nada, por absurdo que te parezca. Decirlo en voz alta te ayudará a ti también a darte cuenta de matices nuevos. No prohíbas. No quieres que tu pareja esté contigo por obligación, ni que se sienta frustrada o limitada por ti, o eso hará que cada vez tenga menos ganas de estar contigo. A nadie nos gusta que nos quiten libertades. Todo es negociable, podéis hablarlo para llegar a un acuerdo. Prohibirle algo es una forma de amenazarle con quitarle tu cariño si lo hace: ¡y eso es chantaje! No caigas en la tentación de mirarle a escondidas el móvil, el ordenador… si lo haces, pierdes la razón que tienes. El fin no justifica los medios. En todo caso es mejor que, en alguna situación muy puntual (no lo hagas costumbre), le pidas a tu pareja que te enseñe ella misma algo que necesitas ver para estar más tranquilo (algún mensaje, por ejemplo). Aunque si no quiere quiere hacerlo está en su derecho, y eso tampoco significa que tenga algo que ocultar. Todos necesitamos nuestro espacio de intimidad (es positivo que no fusionéis vuestros espacios) y nos sentimos incómodos si alguien lo invade. No pienses mal, ni busques cinco pies al gato. Ante la duda, pregúntaselo abiertamente. Por otro lado, plantéate ¿haces tú cosas similares a las que te quejas de tu pareja? ¿Te consideras infiel por ello? Piensa que tu pareja no está sola en el mundo, es normal que se relacione y tú también lo haces. A lo mejor, si lo haces tú no le das importancia y lo ves normal, pero si lo hace ella te molesta. No actúes por despecho. Piénsatelo dos veces antes de reaccionar haciendo algo a modo de “venganza”, para conseguir que tu pareja sienta celos, igual que tú. En ese momento puede que te sientas aliviado, pero a la larga os puede perjudicar a los dos. De esta manera sólo desvías el foco de atención del problema y lo engrosas: en lugar de hablarlo y madurarlo, provocas más confusión y más motivos para distanciaros. En definitiva, ¡intenta pensar antes de hacer o de hablar! Los celos son totalmente emocionales e irracionales, nos salen de lo más profundo e instintivo. En realidad, son adaptativos: evitan que se produzca una infidelidad, manteniendo a nuestro lado a la pareja y asegurando la reproducción de nuestros genes. ¡Pero ya no vivimos en las cavernas! Tenemos que intentar poner un poco de cabeza, y aunque nos sintamos amenazados, procurar dejar de lado el acaloramiento para poder dialogarlo y actuar con sensatez.
Texto extraído de: Cosas que no se deben hacer cuando está celoso | Todo Vida Sana