La mente -que se mueve en el plano lineal- cree que tiene muchas posibilidades de “ser” muchas cosas diferentes; puedo ser esto o aquello… pero planea desde lo externo de su Ser, sin conexión con él, por lo tanto ignorando su naturaleza y vocación, únicamente para proyectarse en el mundo externo basándose en el éxito material.
La mente mezcla el hacer con el ser, confunde los términos. La Mente dice: tú haz y luego serás esto o aquello. Luego, después, más tarde en el futuro ya serás feliz…
Estamos hablando de la mente inferior, que es densa y superficial. Pretende dominar y funciona mecánicamente; sus parámetros y propósitos son exclusivamente materiales y motivados desde los cinco sentidos, nada más.
Si dejamos al Ser allá atrás, olvidado y sin posibilidad de expresarse, llegará un momento en que esa disociación nos traerá confusión y desconcierto; no somos felices a pesar de haber conseguido todo aquello que queriamos HACER. ¿Cómo es posible? Tengo todo lo que había planeado tener pero no soy feliz…
La mente hizo todo un despliegue imaginario de cómo Yo debía comportarme, de lo que Yo debía perseguir y conseguir, de lo que Yo debía hacer… y después de mantenerme ocupado en todas esas cosas, de cara al exterior, y de haberse ya materializado o no, llega un momento en que ya no puedo eludir más el preguntarme “¿soy feliz?”. O ¿y ahora qué? porque uno sigue sintiéndose vacío e insatisfecho consigo mismo. Ahora llega la decepción.
Cuando la vida misma te está mandando señales de que tienes que cambiar de ruta porque ya no puedes seguir engañándote a tí mismo. Porque ya se ha hecho evidente tu infelicidad y frustración por mucho que pretendas seguir mirando para otro lado. Entonces, párate, sácudete los miedos y las justificaciones que te tienen maniatado.
Y ahora, sitúa como referente primordial a tu Ser y ve a su encuentro. Para ello hay que reconciliarse con el pasado y quitarse esa carga; nos deshacemos de todos los condicionantes y creencias del pasado. Fuera; ese no soy yo. Digamos basta. Rompamos esquemas, vaciemos la mente…
El gran cambio es Ahora y desde el Ser. Ahora mi referencia es ir al encuentro del propósito de vida que resuena en mi corazón.
Mi propósito lo construyo y lo vivo desde mi Presente. Desde el Conocimiento Intuitivo y para ello comienzo a utilizar mis cinco sentidos interior más la guía de mi corazón.
He transformado mi pasado en Luz, desde la aceptación y la reconciliación. He dejado atrás la carga densa del sufrimiento por lo que fue y por lo que hubiese podido ser. Me conecto con mi Ser esencial desde mi Presente y digo desde mi corazón Yo Soy eterno y mi conexión con mi Esencia en mi objetivo; porque ella me envolverá en la Paz y la Dicha eterna de Ser quien soy.
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