Muchas personas viven con un sentimiento de inferioridad que a veces está escondido pero latente, o también se podría decir que viven con un amor a sí mismos incompleto. A veces no se dan cuenta, a veces sí, pero muchas veces en las actitudes o en sus acciones demuestran bajo valor o sensación de inferioridad respecto a los demás pero de manera “subliminal”, un sentimiento muy sutil y profundo que está latente. Estas personas, donde tal vez te encuentres tú, tienen la creencia arraigada de que ellos no se merecen tanto, de que no son tan buenos, de que las cosas no les deben salir tan bien como a otros, de que las circunstancias no les benefician como a los demás. Cuando algo bueno les sucede creen que es algo inmerecido o que es cuestión de suerte. Les cuesta creer que sus logros son por ellos mismos, tienden a atribuirlos a otras personas, a las circunstancias o a la suerte, o simplemente minimizan sus logros como si no lo merecieran. Esto revela inseguridad, poco valor y hasta poca autoestima. Veamos un ejemplo:
Fulanita es una chica que estudia psicología, está en el primer semestre y le va muy bien, pues le dedica mucho tiempo a sus estudios y siempre obtiene buenas calificaciones. Ella, desde niña ha sido responsable, se ha acostumbrado a estudiar mucho y lo sigue haciendo como por inercia. Ella ha sobresalido entre sus familiares por sus calificaciones, es la estudiosa de la familia, la chica “genio”, la chica “cerebro”, la chica “inteligente”. Resulta que un día, en una reunión familiar su tía le dice:
-Fulanita, estamos muy orgullosos de ti, sabemos que en este fin de curso fuiste el mejor promedio de la universidad
Y ella responde con la cabeza casi viendo al suelo, con una voz que demuestre timidez e inseguridad:
-No es para tanto tía, la verdad las tareas y exámenes no son difíciles. Además, este semestre me tocaron muy buenos maestros y con la racha de buena suerte que traigo pues fui el mejor promedio. No sé cómo me vaya en el próximo.
La tía dice:
-Pero Fulanita, tú siempre has sido una muy buena estudiante
Ella responde:
-Pues es nada más cuestión de ser responsable, es gracias a mis papás, ellos me enseñaron desde niña a estudiar
Analiza sus respuestas, razona cada palabra que ella dice y verás cómo trata de quitarse los méritos, minimiza sus logros, habla como si ella no se lo mereciera, trata de atribuir su éxito a las circunstancias o a sus padres, como que no acepta que el éxito lo haya logrado ella, hasta lo atribuye a la suerte. ¿Te das cuenta? Esto no sólo demuestra humildad, igual demuestra un sentimiento subliminal inferior, un sentimiento de No merecimiento; como si ella no creyera que fuera lo suficientemente buena y valiosa para esos éxitos, por eso trata de atribuirlos a cosas o personas externas a ella. Estas actitudes demuestran bajo valor o falta de valor, algo no nada bien en el concepto que tiene de sí misma. Esto es muy común debido a las creencias mediocres que las personas tienen de sí mismas.
Tal vez tú te estés preguntando, ¿cómo hubiera respondido su tuviera muy bien establecido su autoestima, su valor y su seguridad? ¿Cómo hubiera respondido si ella no tuviera ese sentimiento de inferioridad escondido en lo más profundo de ella? ¿Cómo hubiera respondido si ella tuviera claro lo que vale y lo que se merece? Analiza el diálogo:
Tía.- Fulanita, estamos muy orgullosos de ti, sabemos que en este fin de curso fuiste el mejor promedio de la universidad
Ella.- Muchas gracias tía, así es, obtuve el mejor promedio, para mí es un honor ser de esta familia y demostrar que tengo mucho potencial.
Tía.- Tú siempre has sido una muy buena estudiante
Fulanita.- Así es tía, nací con exceso de inteligencia y tengo que estudiar para divertirme jaja. Gracias a Dios que me puso una cerebro superdotado jeje
¿Notas la diferencia? En este último diálogo ella acepta sus éxitos, acepta que es exitosa, no trata de atribuirlo a la suerte ni minimiza sus logros. Habla segura de sí misma, demuestra alto valor, demuestra que tiene un muy buen concepto de sí misma, habla con buena autoestima. No es presumida, usa el sentido del humor para amortiguar cualquier apariencia de arrogancia o prepotencia. Ella no tiene un sentimiento de No merecimiento, no tiene bajo valor, no tiene la creencia arraigada de que ella no se merece sus logros. Su mentalidad es otra.
Su tú eres como ella en el primer caso, cambia tu manera de pensar, tú vales mucho y te mereces lo mejor, no tienes por qué minimizar tus logros ni atribuirlos a circunstancias o personas externas.
La próxima vez que te halaguen o de feliciten por tus logros o éxitos, analiza muy bien lo que deseas responder y si vas a responder minimizando tus éxitos reacciona y corrige tu palabras, porque tú vales mucho y mereces lo mejor.
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