Con los años uno ya no espera gran cosa de sí mismo, somos seres previsibles que cada día hacen exactamente lo mismo, dicen lo mismo y esperan lo mismo. Cada vez nos gustan menos los cambios, vamos a lo seguro, donde nos encontramos a salvo y no arriesgamos nada, pero tampoco ganamos nada. Creemos conocer cada recodo de nuestro interior, pero en realidad no sabemos gran cosa de esa persona con la que nacemos, vivimos y pasaremos el resto de nuestra vida: con nosotros mismos.
Pero luego es irónico porque a la vez, esperamos siempre que el otro cambie, que el problema es del otro, que se debe comportar de otra manera, hacer las cosas como uno quiere, que claro está, pensamos que es la mejor manera de hacer las cosas. Y a su vez el otro estará pensando que somos nosotros el que debemos cambiar.
¿Pero por qué esperar siempre que sea el otro el que haga las cosas de manera diferente? ¿Porqué depender de algo exterior, que está fuera de nuestro control?
Cuanto menos dependamos nuestra felicidad del exterior, más estable será nuestra salud y bienestar mental. Ata tu felicidad a algo interno, a tus metas, a tus sueños, a tus valores y principios, y no dependerás de algo tan volátil como el otro. Porque si atas tu felicidad a otra persona y ésta está de mal humor, tu felicidad se verá golpeada y lastimada, pensarás que hiciste algo mal o que siempre pagas los platos rotos. Te sentirás ofendido y dañado. En cambio si tu felicidad está dentro de ti, en algo interior y controlable, no te afectará, pensarás que ha tenido un mal día y que no es nada personal, seguirás con tus cosas esperando que se le pase y no le darás mayor importancia.
¿Ves la diferencia?
¿Pero cómo podemos sorprendernos a nosotros mismos?
Yo te propongo algo diferente: CONÓCETE. Puede resultar un poco tonto pero en realidad no nos conocemos en absoluto. Normalmente no sabemos cuáles son nuestros anhelos más profundos, nuestros deseos más secretos, nuestros talentos sin explotar, el porqué hacemos las cosas de determinada manera… Para ello haz cosas que nunca antes habías hecho, SORPRÉNDETE, disfruta de la soledad contigo mismo, hazte tu amigo, disfruta de ti, averigua que cosas te apasionan y cuales detestas, acércate a todo aquello que te haga sentir bien y aléjate de todo lo que haga sentir mal…. CAMBIA.
Si sabemos cuando empezamos a comportarnos así y porqué, aprenderemos más de nosotros mismos, estaremos más en contacto con nuestro subconsciente y comprenderemos muchas cosas que no sabíamos. Y serás más comprensivo contigo mismo y con los demás.
Ten más conciencia de ti mismo, de lo que vales y de que puedes cambiar cualquier comportamiento que no te guste, ya que en algún momento lo aprendiste, así que puedes aprender otro mejor que te haga sentir bien y agusto.
Porque recuerda… si miras hacia dentro depertarás.
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