En el camino hacia nuestros objetivos nos cruzamos con cientos de obstáculos que nos van frenando de a poco. No solo son situaciones externas las que se presentan, sino que es nuestra querida y poderosa mente la que empieza a flaquear y a poner resistencias.
Un ejemplo clásico es cuando nos proponemos hacer ejercicio para estar en forma.
Empezamos muy convencidos de lo que queremos lograr y nos sentimos motivados. Sin embargo, con el correr de las semanas aparece un estado gripal que nos hace reposar varios días. Al momento de retomar con nuestra actividad física, justo aparecen algunos inconvenientes en el trabajo que nos hacen trabajar horas extras y nos deja sin tiempo ni energía. Finalmente otro día está lloviendo y hace frío. Simplemente nos quita las ganas de salir a la calle.
Nuestra mente se empieza a acordar de lo cómodo que estábamos sin hacer ejercicio y cada vez más empieza a ponernos más excusas para ir cambiando los planes. Nuestra disciplina se va debilitando de a poco y la resistencia mental que hay que hacer para retomar con la actividad física es cada vez mayor. Nos cuesta más.
Como si fuera poco se ha perdido la constancia y regularidad y nuestros objetivos iniciales se empiezan a derrumbar. Al cabo de 6 meses las actividades físicas se abandonan
Si esto te resulta conocido, puede que conozcas de otros ejemplos, ya que lo mismo lo podemos aplicar a cualquier tipo de meta que nos fijemos, como terminar una carrera universitaria, el aprendizaje de un nuevo idioma, triunfar con un emprendimiento propio, etc.
Nuestra mente un día quiere una cosa y otro día cambia de planes y quiere otra. Es caprichosa, débil, perezosa y nos confunde más de una vez.
Es nuestra responsabilidad, el ir modelando nuestra mente y fortaleciéndola de a poco. Resistencias siempre va a poner, pero lo que importa es cómo la vamos venciendo.
Que tan disciplinados y persistentes seremos para lograr aquello que queremos.
Se trata de una lucha interna contra nosotros mismos con nuestras fortalezas y debilidades. Pero a medida que nos vayamos conociendo sabremos qué estrategias utilizar para vencer las resistencias. Con el paso del tiempo nuestra mente se irá educando y aprenderá que cuando nos proponemos algo, no tiene que susurrarnos sus malditas excusas que impidan lograr nuestras metas. Seguiremos nuestro análisis y nuestro instinto muchas veces, y dejaremos que el corazón nos comande hacia aquello que queremos realmente.
"Cuando se quiere algo de verdad, desaparecen del vocabulario las palabras aburrimiento, cansancio, desilusión"
Antonio Parra
http://www.metasvitales.com/venciendo-nuestras-resistencias-mentales