Ser un outlet del amorIgual que siempre hay un roto para un descosido, para cada prenda de la temporada pasada hay un comprador satisfecho. De lo que estoy hablando aquí, no os despistéis ni penséis que me he equivocado de sección, es de metáforas. No todas las novias que os echéis (entendiendo también por novia esas tonterías con que os liáis a veces) van a ser joyas, que también hay que hacer hueco para el low cost. Es un síntoma de que estáis madurando, de que no hay que ser tan frívolos como para primar la belleza física o la altura intelectual sobre la disponibilidad y de que no todo el monte es orégano.
En uno de los capítulos de la insoportable (por aplastamiento) ‘Cómo conocí a vuestra madre’ Barney Stinson defendía con convicción que las mejores cosas siempre pasan a partir de las 3 de la mañana, pero la verdad es que él tenía otras aspiraciones que Ted, ferviente partidario del matrimonio. Una nueva muesca en su cinturón siempre ha computado como noche aprovechada para él. Puede que los que estéis en su longitud de onda y aspiréis siempre a más de un 8 no seáis público objetivo de este artículo, aunque desde luego conoceréis a alguien menos exigente que sus majestades. Para todos ellos y para esos amigos deportistas que piensan que lo importante es participar tenemos un apelativo: son (sois) OUTLETS DEL AMOR.
La definición satisfecha hasta el momento es un poco reduccionista y para nada completa, puesto que el concepto es polisémico. También se puede ser outlet emocional desde las 10 de la noche. Qué recórcholis, incluso desde las 2 de la tarde. A esos les llamaremos daywalkers, amantes pa(sa)jeros que han desarrollado resistencia al sol y cuyo pecho brilla como montones de diamantes cuando se quitan la camisa (bueno, puede que aquí haya mezclado conceptos).
Nah, en serio, para ser un despojo emocional autoindulgente en cuanto a la felicidad marital no hace falta salir de copas, sino conformarte con lo primero que crees que te mereces, marear un poco, (sobre todo) dejar que te mareen y acabar en casa fumando pitis, comiendo helado de nueces de macadamia y viendo ‘Hombre rico, hombre pobre’ en bucle la tercera parte del tiempo que os habéis estado haciendo daño con vuestra última relación-farsa.
Primar la belleza física o la altura intelectual sobre la disponibilidad es muy frívolo ”
Sin embargo, si nos vamos a la definición etimológica del término (me refiero a una etimología inventada, claro, porque este texto aborda un neologismo que será la pieza angular de doctorados futuros y por eso me puedo volver tan tarumba como quiera juntando frases) “outlet” es aquel que se quiere poco o nada, va de cañas a bares de viejos y reconoce a sus iguales porque puede repartirse a partes iguales su periodo de declamación de lamentos en un conato de conversación balbuceante e ininteligible que vendría a traducirse en:
-Ti@, no te rayes.
-No, ti@, no te rayes tú.
-No, tú más.
-No, cuelga tú.
-Por favor, garçon, dos cañas más.
Todo esto lo entendió muy bien Isabel Coixet en la cinta indie noventera ‘Cosas que nunca te dije’, la cual contiene una escena en la que la muy grimosa Lili (las dos con i latina) Taylor llama a su novio a Europa y le explica que está hecha polvo y tal porque ya hace un mes que no le ve y que eso le supone un tormento y que si patatín, a lo que él muy digno (le imaginamos digno porque todavía no existía la serie ‘24’ y no estaba extendida la pantalla partida) le responde que se ha enamorado de una alemana que le entiende bastante bien, no como ella, que estaba ok, pero no increíble, y por eso se ha dado cuenta de que el punto que separa su relación es aparte y no seguido, que son el tipo de puntos que nunca debes darle a un outlet o se aferrará a él como a un clavo ardiendo, además de a la tarrina de helado y a “ese psicólogo nuevo que me han recomendado”, que no tiene porque ser uno solo porque el outlet es promiscuo en cuanto a psicólogos (los acumula, compara y se queda con lo más dañino de cada uno).
Total, que Lily acababa fatal [SPOILER] y luego se enrolla con un tipo enamorado de las lavadoras que es tan outlet como ella [FIN DEL SPOILER], y es que los outlets, al contrario que la gente normal, son polos semejantes que sí se atraen, primero como confidentes, luego como amantes efímeros (rotos & descosidos) y más tarde como despojos del otro, que se cree que de tanto en tanto puede jugar en las grandes ligas procurando acceder a alguien menos autocompasivo que ellos para volver al hoyo con renovados argumentos. Pero, hey, tranquilos, que los outlets del amor están cómodos así, para ellos estar mal es el nuevo estar bien.
*La traducción al castellano del termino "Outlet" vendría a ser “Resto”, cuando se juntan varios se les conoce como "Los restos" y el himno de esta asociación sin ánimo de lucro podría ser cualquier canción de los Lori Meyers. Venga, ciao.
Fuente:
http://www.revistagq.com/articulos/ser-un-outlet-del-amor/19319