Cultivar la Inteligencia Emocional para ser más FelicesMi amiga Almudena, gerente en una empresa de diseño, me comentó hace poco que iba a despedir a un empleado muy eficiente, “es que no sé qué hacer, es uno de mis mejores trabajadores, pero cada dos por tres me crea conflictos en el equipo; es un chico tan inteligente y sin embargo no encaja.” Según pudo explicarme se trataba de una persona con escasa inteligencia emocional, me pareció un caso triste, alguien con ese potencial y no poder aprovecharlo por su forma de relacionarse, además imagino que también será motivo de infelicidad para él mismo.
Así como el éxito académico abre puertas, el no saber manejar nuestras emociones, puede hacer que todos nuestros conocimientos se vayan al garete; seguramente que ustedes, al igual que yo, habrán sido testigos o escuchado de alguna persona que, sin tener grandes conocimientos, ha logrado un gran éxito en la vida; estas personas son poseedoras de una alta inteligencia emocional, siempre caen bien a los que le rodean, sus amigos los aprecian, colaboran con ellos, en contrapartida este tipo de personas también son generosas y están pendientes de los demás, por consiguiente son personas cuya inteligencia emocional les conduce hacia la felicidad.
Entonces qué es la inteligencia emocional, cómo podemos hacer para cultivarla. Daniel Goleman, uno de los más reconocidos autores de libros sobre este tema, dice que “la inteligencia emocional es el modo en que manejamos nuestras emociones, cómo las conocemos y cómo las reconocemos en otras personas”, y que de este manejo depende el éxito en nuestras relaciones, y que “tener un buen cociente emocional (CE) es muy importante para ser felices.”
Antonio Adserá, en su blog de Psicología Positiva, dice que la inteligencia emocional “significa gobernar adecuadamente nuestros sentimientos y emociones, y no dejarse llevar por su impulsividad. Saber relacionarse con los demás e interpretar sus sentimientos, es decir, tener empatía. Las personas que han desarrollado positivamente las habilidades emocionales tienen mayor autoestima, son más asertivas, son socialmente más adaptativas. Por el contrario, las personas que no controlan su vida emocional mantienen una lucha interna que menoscaba el concepto de sí mismos y disminuye su capacidad de resolver satisfactoriamente los desafíos diarios de la vida.”
La inteligencia emocional no solo es importante para nuestra vida profesional o social, sino también para nuestra relación de pareja, la estabilidad en la familia y, la correcta educación de los hijos. El psicólogo Daniel Goleman dice que “la capacidad de llevarse bien con alguien y de mantener una relación en la que se fomente y se sienta la empatía con el otro, la proximidad y el calor humano, depende esencialmente del coeficiente emocional. Otro factor que nos permite alcanzar la felicidad es la empatía, la manera de entender y respetar a las personas que nos rodean.” Creo que una manera simple de entender la empatía es ponerse en el lugar del otro, tratar de entender lo que siente, incluso me atrevería a ilustrarla a través de una antigua frase: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.
Alicia de la Fuente, en su página web, señala cuatro aptitudes básicas que son fundamentales para adquirir la inteligencia emocional:
CONCIENCIA DE SI MISMO: es poder reconocer las emociones cuando estas aparecen y estar atento a las reacciones que estas provocan, ya sea en forma de pensamiento, repuesta fisiológica o conductas manifiestas y luego poder relacionarlas con cuales son los estímulos que las desencadenan. Para esto se requiere de una actitud neutra y de aceptación ante lo que sentimos y nunca de rechazo sea lo que sea, lo que aparece.
AUTORREGULACIÓN: es controlar las emociones, tranquilizarse uno mismo, deshacerse del enojo, la tristeza y la ansiedad exageradas, pero a la vez permitirse sentirlas, porque cada una tiene un sentido.
MOTIVACIÓN: la más importante de todas es auto motivarse, cuando surgen momentos difíciles como para poder inhibir los impulsos, tener control de los pensamientos negativos, utilizar un estilo atributivo, controlar el nivel de expectativas y la autoestima, estar atento a las reacciones de los demás, y actuar ante éstas de forma socialmente apropiada.
EMPATÍA: Es la capacidad de captar los estados emocionales de los demás y reaccionar de forma apropiada socialmente. En la base de esta capacidad, está la de percibir los propios estados emocionales y la de percibir los elementos no verbales asociados a las emociones.
A través de este post, os animo a cultivar vuestra inteligencia emocional, creo que es un camino seguro hacia la felicidad.
Fuente:
http://comoserfeliztodoslosdias.wordpress.com/2012/07/07/cultivar-la-inteligencia-emocional-para-ser-mas-felices/