¿Tienes espíritu emprendedor?

¿Tienes espíritu emprendedor?

Desde luego que emprender es una opción más que interesante para aquellas personas que necesitan una salida profesional, bien porque han perdido el puesto de trabajo o porque el que tienen no les satisface personal, profesional o económicamente. Ahora bien, ya sea por necesidad o por vocación, iniciar una aventura empresarial tiene sus pros y sus contras. Hay quien solo ve en ello las ventajas, y hay quien solo se fija en los inconvenientes.

Los beneficios de emprender son muchos. Por citar algunos: la libertad para tomar decisiones, la flexibilidad de horarios, la satisfacción de lograr retos propios, o la de dedicarse a lo que te gusta. Sin embargo, para potenciar estos aspectos positivos y que no se vean eclipsados por los riesgos que conlleva el emprendimiento, hace falta adquirir un espíritu emprendedor. Y ¿cuáles son esas características que diferencian a una persona con mentalidad empresaria a otra con mentalidad de empleado/a?

Una persona emprendedora tiene una actitud de superación constante, de entrega voluntaria y de prosperidad. Está dispuesta a dar el extra, a vencer obstáculos sin tirar la toalla y a aprender continuamente. Es perseverante y luchadora, optimista y vital, y se rodea de gente positiva. Nunca pierde de vista su meta porque tiene un propósito personal. Le mueve una fuerza interna que se genera por una alquimia entre ambición y pasión. Es fiel a unos valores que son coherentes con su forma de vida.

Para mantenerse en el camino del éxito profesional no es suficiente con tener una idea innovadora, unos conocimientos técnicos, y el capital económico y humano para ponerla en marcha. Las estadísticas son demoledoras en cuanto al número de empresas que fracasan en sus primeros años de vida. Es necesario también adquirir unas habilidades personales y de liderazgo. Para lo que es preciso estar en un programa de formación continua, de desarrollo personal y/o en un proceso de coaching que te ayude a potenciar tus talentos, a encontrar respuestas para vivir mejor.

La soledad del empresario es una de las mayores dificultades a enfrentar. Y ahí cobran importancia las asociaciones, organizaciones, los sistemas de franquicias, el marketing multinivel, y el networking o trabajo en red. Pues es donde podemos enriquecernos con otras experiencias y apoyarnos mutuamente. Caerse y levantarse es el día a día del empresario/a. Aprender de cada error, y no dejarse vencer por las críticas ni el desánimo marca la diferencia. Quien tiene espíritu emprendedor resurge de sus cenizas como el ave fénix.

Fuente: http://www.coachemmagarcia.es/tienes-espiritu-emprendedor/