”Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón. Recordar que voy a morir pronto, es la herramienta más importante que he encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida ” – Steve Jobs. Discurso en la Universidad de Stanford (2005)
Vivimos pensando que la vida es muy larga. Sabemos que tenemos fin, pero es algo que vemos muy lejano. Difícilmente nos planteamos que nuestra presencia en este mundo es limitada, y que no tendremos toda la eternidad para hacer lo que nos proponemos.
Cuando tenemos abundancia de recursos, no nos planteamos la gestión eficiente de los mismos. Si entendemos que nos queda mucho tiempo, que la vida es muy larga, podríamos tener la tentación de aplazar la realización de nuestros objetivos a cualquier otro momento en el tiempo. Así, hacer algo hoy o mañana daría igual. Parece que siempre vamos a poder contar con un nuevo día en el que poder hacer lo que nos proponemos.
De la lectura de las frases de Steve Jobs percibimos que si desarrollamos nuestra vida teniendo en cuenta el concepto de la muerte, empezaremos a percibir el carácter limitado de nuestro tiempo. En consecuencia, hacer una cosa o no hacerla será importante, pues puede ser que el mañana no exista. Si consideramos que el día de hoy puede ser nuestro último día, tomar una decisión o no tomarla es importante. Agradecer, reconocer o compartir nuestro tiempo con alguien querido es importante.
¿Te has planteado en alguna ocasión qué harías HOY si supieses que es TU ÚLTIMO DÍA DE VIDA?
Imagina que descubres que mañana ya no estarás aquí. ¿Qué intentarías hacer hoy? ¿Qué objetivo te propondrías alcanzar? ¿De qué te sientes satisfecho? ¿Con quién querrías compartir el día de hoy? ¿Cuál sería el mensaje más importante que te gustaría transmitir hoy a los que te rodean? ¿Cómo te gustaría que te recordasen tus seres queridos a partir de mañana? ¿Qué te gustaría que dijesen de ti?
Esta reflexión te va a ayudar a descubrir qué cosas y personas son verdaderamente importantes para ti. Descubrirás cuáles son tus verdaderos valores y tus objetivos importantes. ¿Te imaginas haber vivido tu vida intensamente según los valores por los que te gustaría ser recordado?
Cuando hayas concluido tu análisis, piensa en las cosas que hiciste ayer. ¿Viviste el día de ayer según los valores que acabas de destacar? ¿Desarrollaste alguna de las tareas importantes que acabas de escribir en tu lista? ¿No? Quizá te acabas de dar cuenta que ayer, no tuviste en cuenta tus valores, y/o que tus acciones no estuvieron enfocadas en las cuestiones que verdaderamente te importan.
¿Por qué?
Quizá porque pensabas que todo eso lo podrías hacer en otro momento. Sabías que todo eso era importante, pero te dedicaste a otras cosas que entendías más urgentes. También es posible que no te hayas planteado hasta ahora la trascendencia de esas cuestiones, y que este ejercicio extremo te haya ayudado a visualizar las cuestiones que deberíamos contemplar de forma prioritaria.
Muchas veces, nos preocupamos por desarrollar nuestros negocios, por hacer más grandes nuestras empresas, por vender más, por llegar a vender en más países, por hacer nuestro trabajo más rápidamente, por alcanzar un puesto más importante en nuestra empresa, por… En definitiva, cuestiones importantes a considerar, pero que en ningún caso deberían ser prioritarias respecto a nuestros verdaderos deseos.
Observaremos que en nuestra lista están nuestros hijos, nuestra pareja, nuestra familia,…, y es precisamente a ellos a los que quizá menos tiempo dedicamos en el día a día. Difícilmente encontraremos a alguien que en el último día de su vida desee contar con una empresa más grande, más dinero o ser más famoso o importante. Así, vemos que muchas de las cuestiones por las que nos preocupamos y ocupamos diariamente no están alineadas con nuestros objetivos últimos e importantes.
Si es así, podríamos haber descubierto que nuestra balanza está muy inclinada, y que quizá sea el momento de intentar centrarla. Quizá a partir de esta reflexión debamos realizar algún cambio. Debemos seguir ocupándonos de las cosas actuales, pero dándole menos ponderación respecto a las cuestiones de la lista que hemos hecho a partir de la reflexión anterior. Aunque afortunadamente vamos a contar con mucha vida por delante, el momento actual, es el gran momento para empezar a emplearlo en las cosas que verdaderamente nos importan. Así, si durante cada uno de los días que nos quedan empleamos nuestro tiempo en lo verdaderamente importante, cuando llegue nuestro último día tendremos una sensación de plenitud y satisfacción por haber invertido nuestra vida en ello. Si no lo hacemos, cuando llegue ese momento, nos daremos cuenta que hemos dedicado nuestro tiempo y nuestro esfuerzo a recorrer un sendero que no tenía como estación final nuestros sueños y deseos.
Empieza AHORA. Aprovecha para decirle a los que te rodean lo importantes que son para ti. Plantéate pasar un día extraordinario junto a ellos, y disfruta del momento actual como si fuese tu último momento.
© 2013 Miguel Ángel Guilló - @miguel_guillo -
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