¿Cómo soñar en grande? ¿Qué beneficios tiene soñar en grande?
1.- Nuestro hecho diferencial.
En todo el reino animal, la única especie con la capacidad de imaginar, de proyectar a futuro con claridad y orden somos los hombres. En esa diferencia se basa toda la evolución de la humanidad. Así ha sido y así será.
El cerebro humano se estimula, en la parte consciente del mismo, con constantes preguntas que no cesa de responderse a sí mismo.
Muchas de esas respuestas conllevan una reflexión, es decir, ponen en marcha los mecanismos mentales del pensamiento y llegan a nuestra disposición las soluciones.
Cuando dichas reflexiones se centran en nosotros mismos como objetivo, cuando de lo que se trata no es de resolver problemas de inmediatez sino de perfilar destinos, entonces a esos entes mentales que nos proyectan a futuro de una manera plena les llamamos sueños.
Sólo los humanos soñamos así en este planeta. Seguro. Es más, los sueños nos acercan la realidad deseada tan vívidamente como seamos capaces de imaginarla, tanto que nos conducen férreamente a modificar el entorno actual hasta conseguir transformarlo en dicha realidad. ¡Esa gasolina es de infinitos octanos!
Esa capacidad es nuestro hecho diferencial, queridos lectores, y el que no la usa plenamente está minimizando su esencia y perdiéndose la vida como obra propia, adelgazando su existencia hacia su parte más animal, sin ninguna otra exigencia que la inmediatez.
2.- El subconsciente: un depósito de combustible incombustible.
Cuando dedicamos el tiempo necesario para “ver” con claridad hacia dónde nos gustaría dirigirnos en todas las áreas de nuestra vida, aparecen como horizonte nuestros grandes sueños, los límites a los que dirigir nuestros esfuerzos y movimientos de toda índole.
Esos grandes objetivos, si se desean con suficiente fuerza como para guiarnos absolutamente en todos nuestros pasos, consiguen marcarse a fuego en nuestra parte subconsciente del cerebro. Y ahí, la magia de la atracción hace su entrada en la escena: todo aquello que tenga relación con nuestros intereses y anhelos será detectado a su paso por nuestra mente para gozo y apoyo de nuestros sueños.
En el proceso consciente de soñar se encuentra la gasolina que nos mueve como seres humanos a dar lo mejor de nosotros mismos en pos de los logros que nos fijamos, y es el proceso de esa búsqueda la que nos hace realizarnos como tales.
Alimentando esos sueños, creamos dispositivos subconscientes que retroalimentan nuestras posibilidades de éxito, pues no sólo disponemos ya de la posibilidad de generar el combustible (“efecto ancla”), sino de los procesos para almacenarlo (“efecto imán”).
Una doble maravilla que nuestro cerebro pone a disposición de cualquiera que se atreva a usarlas: ¿vas a perdértelo?
3.-…3, 2, 1, 0,… ¡Ignición!
¿A qué esperas para iniciar un movimiento positivo en tu vida basado en todos tus grandes sueños? Será la mejor de tus decisiones.
No lo dudes.
Para ello, para poder encender tu motor, crea una lista de sueños. Tómate el tiempo que necesites y escribe con claridad todo aquello que te haría feliz. Sin cortapisas, sin miedos ni prejuicios, como si se te permitiese escribir una carta a los reyes magos de Oriente y todos tus deseos fuesen a ser concedidos.
Si realizas este ejercicio con profundidad, estarás dándote a ti mismo la mejor hoja de ruta que puedas conseguir jamás. En primer lugar, ya sabrás qué tienes que imaginar concienzudamente, y en segundo, qué tienes que querer… ¡querer! Con los detalles y los planes bien analizados y estudiados, o sea bien proyectados, y con la fuerza motriz constante del deseo poderoso, estarás preparado para la andadura.
Tu vida te está esperando. Aprovisiónate bien de sueños que te motiven interiormente y pasa a la acción. Despegarás como un cohete hacia tus estrellas y no dejarás nunca de observar el mundo desde tu cabina y no al revés, como la mayoría de la gente, encerrada en una cabina a pie de calle que el mundo mira condescendientemente entre un bosque de cabinas…
© 2013 José Manuel Sánchez Serrano - @JMSanchezSerran -
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