Me encanta emocionarme con las palabras; saborearlas, sentirlas, recordarlas. Pero no todas. Las que lanzan algunas personas con el único fin de hacer daño no son, desde luego, plato de buen gusto.
Pensando en esto, en evitar la indigestión o la herida en el corazón que dejen esas palabras, comparto contigo las 4 estrategias que practico en esos momentos en los que uno se convierte en blanco del mal humor de otro.
¿Son eficaces? Para mí, sí. Si quieres apuntar alguna de tu repertorio, ya sabes que puedes hacerlo.
No analizar el mensaje
Imagina una indirecta, una pulla o cualquier palabra con la que alguien pretende atacarte (o tú así lo sientes).
Si te quedas pensando en lo que ha dicho, dándole vueltas, permites que cale en ti, que era la intención de la persona que te la dedicó, supuestamente.
¿Por qué lo dijo? ¿Tendrá razón?
No, no te hagas preguntas. Haz a un lado esos pensamientos concentrándote en otros distintos. Piensa, por ejemplo, en lo bien que vas a almorzar hoy o en esa canción que tanto te gusta; en cualquier asunto agradable.
Contestar
Otra manera de no guardarse dentro la molestia y rumiarla indefinidamente consiste en decirle a esa persona, a las claras, que no te ha gustado su comentario.
Es mejor esa opción que la de quedarte con el malestar porque no te guste causar tensiones.
¿Tensiones? Nadie habla de enzalzarse en un xxxxxx de descalificaciones e insultos. Quizás se trate sólo un malentendido y ésta es una buena idea para aclararlo cuanto antes.
No tomarlo de manera personal
En ocasiones, hay personas que tienen alguna salida de tono con nosotros por algún problema que estén viviendo o porque estén acostumbrados a hablarle así a los demás. En cualquier caso, no tiene nada que ver ni contigo ni conmigo. Es cosa suya.
Alejarte
Si hay una persona que acostumbra a dedicarte palabras hirientes y no tienes porqué coincidir en el mismo sitio con ella, aléjate. Tú no mereces que te traten con la punta del pie.
Es más difícil si esa persona pertenece a la familia o al círculo de trabajo o estudios. Pero algo de distancia, si acaso emocional, sí se puede poner por medio.
Relaciónate más con personas positivas. Rodéate de buenas vibraciones y de gente constructiva. Así llegará el día en el que no te hiera con sus palabras alguien que quiera hacerte daño. Total, ¿para qué necesitas su opinión?
http://tusbuenosmomentos.com/2012/08/evitar-palabras-hieran/