Una vez que Nuestro Padre Celestial indica a Sus Ángeles que es tiempo de que esa persona ya terminó su misión en la Tierra, porque Él lo ha decidido así como lo mejor y más conveniente, Todo el Universo responde a esa instrucción que se ha dado.
San Rafael Arcángel, junto con sus ángeles, son quienes auxilian en el viaje que esa alma junto con su conciencia realizará. Los Ángeles Guardianes de todos los involucrados (parientes y amigos) estarán muy activos llamando a los Ángeles de la Purificación, de la Salud, de la Conversión, de la Misión Divina, de los Suspiros de Amor, del Alivio, en fin, de todos aquellos seres maravillosos que siempre auxilian a esas almas en proceso de una “segunda oportunidad” junto con la Madre María quien siempre está pendiente hasta de la más pequeña o perdida de las almas.
En el momento en que los Ángeles del Silencio, con suma precisión y con dulzura infinita separan el Cordón de Plata que une los cuerpos sutiles al cuerpo físico, el Alma, rodeada aún del cuerpo mental concreto, astral y etérico, entra en el Plano Etérico. En este lugar es donde el ser, acompañado por la dulzura del Ángel de los Registros y los ángeles asignados para ayudar en este proceso, comienza a visualizar de manera sorprendentemente rápida, sobre una especie de pantalla panorámica, todas las experiencias de la existencia física que está dejando. Puede observar con la más exacta precisión, absolutamente todo lo que pensó, sintió, dijo e hizo durante la vida que concluye. Su conciencia penetra en los más mínimos detalles de las acciones que realizó; percibe con suprema claridad todos los hechos que omitió por negligencia, flojera o desinterés. Tiene una recapitulación de todos los eventos que se dieron en su existencia física y puede apreciarlos total y completamente, cuadro tras cuadro, hasta los secretos más escondidos, los incidentes más olvidados; vive nuevamente su experiencia física, percibiendo con todas las moléculas de su ser sutil: sus éxitos, sus logros, sus esfuerzos; así como sus caídas, sus titubeos, sus fracasos. Puede apreciar lo que sintió con cada una de las personas con las que se relacionó en vida, lo que aportó o estorbó en sus vidas. Nada le es desconocido en ese instante que constituye un fenómeno trascendental que supervisa el Alma del individuo. Después de este juicio interno, comprende cual es el resultado de su vida, su tendencia predominante, el estado de conciencia que mantuvo. Es entonces cuando comprende si aprovechó su existencia o si fue un desperdicio; sabe juzgarse por los sentimientos que se le agolpan ante esta solemne y justa visión; nada le sorprende, porque en este momento de Verdad Absoluta, él es su propio juez basado en los preceptos Divinos y viendo desde el Amor todo lo que sucedió; es su Alma, su conciencia, quien percibe; sabe que el resultado de este panorama señalará la zona al que deberá dirigirse para ser purificado. Es un momento, en que aún cuando el ser no está consciente de la presencia de los Seres de Luz, está siendo asistido y ayudado por ellos desde los planos celestiales. Todo es precedido por el Ángel de los Registros o de los Archivos Celestiales y los Ángeles del Silencio. Después de esta visión, se retira la esencia que conforma su cuerpo etérico; empezará su trayectoria hacia su purificación y es probable que pierda la conciencia por unos instantes, o un período breve. Durante este tiempo, las oraciones de los deudos son imprescindibles, son de una ayuda tan extraordinaria que es el motivo por el que se le da tanta importancia a las costumbres y oraciones de difuntos en la mayor parte de las culturas. No debe quedarse solo el ser que se va; en estos cruciales momentos, los parientes y amigos, con mayor continuidad deberán elevar plegarias por su Alma. Se debe poner insistencia en que el cuerpo sea acompañado siempre por seres queridos porque la esencia etérica aún flota sobre el cuerpo inerte y su percepción es nebulosa pero está su conciencia en el mundo que acaba de dejar. Cuando es abandonado, su sufrimiento es terrible; no hay palabras para describir la angustia, la desesperanza y la soledad que experimenta en ese momento que es cuando más necesita de sus deudos.
FUNCIONES DE LOS CUATRO ÁNGELES QUE SUPERVISAN CON PROFUNDO AMOR LA EVOLUCIÓN DE LA HUMANIDAD
Cada uno de los cuatro seres celestiales que laboran en la dirección de la vida en nuestro Sistema Solar y en nuestro planeta tienen funciones específicas que se relacionan con todo lo que se desarrolla en nuestro mundo pero, básicamente, su trabajo está organizado para despertar la conciencia del ser humano y conducirlo a encontrar su camino de regreso a Casa porque nuestro destino es divino y, para que comprendamos esto, Dios ha puesto a sus celestiales Supervisores para que nos inspiren con amor. Trabajando con ellos existen miríadas de otros Ángeles que siguen fielmente sus divinas indicaciones.
Las funciones de los Cuatro Ángeles son vastísimas pero las resumiremos de la siguiente manera:
1. El Ángel de la Vida. Es el que se encarga de auxiliar al Alma o Vida a separarse del cuerpo cuando éste ya cumplió la función para la que fue conformado. Es decir, es el Ángel encargado de separar la vida de Dios que temporalmente se manifiesta en un cuerpo. Cuando el cuerpo ya no tiene razón de ser, cuando ya cumplió con la función para la que fue programada. Este proceso es conocido como “muerte” aunque sabemos que la Vida continúa su proceso evolutivo y el ser humano continúa su ascensión hacia espacios o planos intangibles. Antiguamente, cuando existía poca información respecto a la continuidad de la vida y se tenía un pavor terrible a la muerte, se identificaba este momento con un ser que respondía al nombre de Muerte. Hoy sabemos que esta transición sólo es la separación del Alma con la Esencia de Vida eterna y al ser que asiste en ese proceso se le conoce como el Ángel de la Vida o el Ángel de la Celestial Luminosidad o el Ángel de la Luz Divina o el Ángel del Resplandor Divino.
2. El Ángel de los Registros. Es el encargado de los registros de todos los pensamientos, sentimientos, palabras, omisiones y acciones de la humanidad. La energía que produce el ejercicio del libre albedrío conforma el mundo objetivo en que vive la humanidad por lo que todo lo que proviene del hombre es grabado en planos invisibles, distintos según la vibración, que puede variar dentro de lo que se conoce como “bueno”, “regular” y “malo” aunque realmente se refiere a vibraciones altas, medianas y bajas. A partir de la información que registra este celestial Ser, actúan los otros Tres Ángeles encargados del destino de la Humanidad. El hombre recibirá un cuerpo, oportunidades, tareas, misión y un final de vida que le corresponde según lo que ha generado y que se encuentra registrado en los Archivos Celestiales. De esta manera, cada ser humano se desarrolla en el país, familia y espacio que le corresponde de acuerdo con sus merecimientos y, a nivel grupal, también responde a la acción de este Ángel que cada familia, cada pueblo, cada país, etc. reciba las características “positivas” o no, de acuerdo a la suma de los pensamientos, sentimientos, palabras, omisiones y acciones de los habitantes de cada grupo. A este divino Emisario Celestial se le conoce como el Ángel de los Archivos Divinos o del Recuerdo.
3. El Ángel de la Justicia. Es el Celestial Ser que a partir de la calidad de la energía que resulta del uso del libre albedrío de la humanidad, determina las condiciones de las formas que deben albergar a los seres humanos y el mundo en que viven. Es el que decide la forma y características del cuerpo, del ambiente, de los talentos, gracias, virtudes, particularidades y distintas situaciones en la vida del ser humano, a nivel personal y mundial. Continuamente ofrece nuevos aspectos para mantener y perfeccionar las formas o cuerpos que por su desarrollo espiritual el hombre llega a merecer. Estos cuerpos pueden ser agradables o menos graciosos pero todos estarán delineados de acuerdo con las funciones que se deberán llevar a cabo en ellos. A este Ser de Excelsa Grandeza se le conoce como el Ángel de la Justicia.
4. El Ángel del Nacimiento. Es el que supervisa la estructuración de formas nuevas cuando llega el momento de otra expresión de vida personal o mundial dentro de los diferentes ciclos del Plan Divino. Este Ángel se que deben nacer a la vida terrenal. Los pensamientos, sentimientos, palabras y acciones de la madre del ser por nacer, influyen extraordinariamente para que los cuerpos (físico, mental, etérico y astral) que usará el Alma sean de una mejor vibración. Es preciso, por lo tanto, que todo lo que rodea a la madre sea armonioso ya que a ella pueden afectarle la forma de expresarse del padre del ser por nacer y de los demás miembros de la familia o grupo en el que se mueve. A partir de la determinación del Ángel de la Justicia, quien se apoya en los Registros Divinos, el Ángel del Nacimiento también supervisa la justa formación de todas las especies dentro de los Reinos inferiores en la Naturaleza. A este Gran Espíritu Divino se le conoce también como el Ángel de las Formas Nuevas.
Los Cuatro Ángeles trabajan liberando al Espíritu (Alma) de las formas obsoletas (cuerpos físico, astral y mental). Es un proceso místico donde son asistidos por otros Seres de Luz conocidos como los Ángeles del Silencio. Trabajan el orden progresivo y en etapas diferentes, de la siguiente manera:
1. Se rompe el Cordón de Plata o Hilo de Vida. Función realizada por el Ángel de la Vida que, al hacer esto está ayudando al ser a soltar el cuerpo físico que ya cumplió con la función para que fue destinado y ahora ya pueda poner su conciencia en un plano más elevado.
2. Se realiza la recapitulación de hechos concernientes a la vida en el mundo físico del individuo que “muere”. Su vida aparece rápidamente sobre una pantalla frente a él. Aquí interviene el Ángel Registrador o Ángel de la Memoria.
3. El individuo que deja el mundo material se enfrenta a la vida que llevó. Es un examen de conciencia. Aquí está la presencia del Ángel de la Justicia.
4. El Alma es conducida hacia el lugar que le corresponde de acuerdo a la vida que vivió y que acaba de dejar. En este espacio deberá purificarse para poder ascender al Plano de Luz que le sigue.
CÓMO PARTICIPAN ÁNGELES Y ARCÁNGELES DURANTE NUESTRA PURIFICACIÓN Y EN EL CAMINO DE VUELTA A CASA
Como los Ángeles necesitan de nuestros buenos comportamientos para transformar las energías que éstos emanan en esencias celestiales que se elevan hasta Dios, es necesario que el cúmulo de experiencias vividas en la Tierra sean muchas y frecuentes ya que hasta la más mínima inspiración y deseo de amar al prójimo es utilizada por ellos para auxiliarnos en ese paso por el Plano de Purificación.
Cada pequeña flor formada en nuestra vestimenta del espíritu suaviza el paso por los niveles inferiores de purificación y transforman en deleite del Alma y aromas divinos que consuelan nuestra conciencia en esos momentos.
La Madre María, intercesora hasta de la más pequeña alma del Señor, siempre tomará las pequeñas luces que emiten los familiares, deudos y desconocidos que oran por estas almas y, al elevarlas a Nuestro Padre Celestial, las transforma en hermosos ramilletes multicolores de bálsamos florales los cuales, por Gracia Divina, regresan a las partículas astrales de esas conciencias detenidas en cada nivel de purificación para acelerar la agonía de la ausencia de Dios y de la incapacidad de regresar a la Tierra ya que su cuerpo físico ha sido imposibilitado de hospedarlo nuevamente.
El Amor de los Santos Ángeles acompañando a María es el que encuentra hasta el más mínimo rastro de oración o de intención del Bien y lo entrega al Santísimo Espíritu quien vuelve en néctar dulcísimo para el Alma irradiando destellos luminosos que salpican y desintegran esas capas que recubren esa Alma que el Espíritu reclama para volver a Él.
Cuando el Alma que pasa por ese proceso de purificación ha sido en vida un Alma dedicada al servicio de los demás, no importa la religión o las creencias que en vida haya profesado, incluso podría ni siquiera haber creído en la existencia de un Ser Supremo Omnipotente, los Ángeles actúan sin tiempo que perder en auxiliarla pues es imperioso que vuelva a Casa para alabar a Dios Padre Celestial, Creador del Universo y Origen de Todo
San Rafael Arcángel acompaña siempre en el camino de vuelta a Casa junto con sus ángeles de los viajeros hacia el Paraíso Celestial; San Miguel Arcángel envía a sus potestades a cuidar esa alma en proceso de purificación a fin de poder entrar al Reino de la Luz; San Gabriel Arcángel es quein supervisa personalmente la separación del alma dejando los cuerpos perecederos en los planos en que les corresponde desaparecer y abriendo el camino hacia la Luz; San Uriel Arcángel es quien custodia la Entrada al Paraíso dando la bienvenida a esa alma junto con su conciencia purificada de regreso a disfrutar de unas maravillosas vacaciones.
Los Ángeles de la Elevación a lo Divino emiten cantos cuyas notas vibran y crean un camino de luz y de esperanza que se eleva aún más alto del plano en que están en esos momentos de tal manera que la conciencia retenida en la etapa de Purificación pueda percibir que no está sola y que hay Seres de Luz que, aunque todavía no puede percibir, están actuando para que pueda continuar su camino prontamente.
Están presentes los Ángeles de la Esperanza, del Alivio, de la Dulzura, del Abandono en Dios transformando el espacio en el que esa conciencia transita hasta terminar su purificación para lograr, finalmente, Su Elevación hacia la Luz, hacia el Plano del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Cuando un Alma termina su proceso de Purificación, los Ángeles que han intervenido en la transformación de los sentimientos, pensamientos y acciones de esa conciencia, celebran felices junto con los Ángeles Guardianes que le había sido asignado en vida terrenal.
Es en ese momento en que tus Ángeles se hacen visibles y perceptibles para tomarte de la mano y mostrarte ese último trecho por andar para llegar al Amor Vivo que te aguarda gozoso de que vuelvas a Sus Divinos Brazos para gozar de Su Presencia junto con las almas amigas que tuviste desde antes de nacer y también de familiares y amigos habidos en la vida terrenal quienes te acogen para compartir contigo la Felicidad Eterna.
Al llegar a ese espacio de Luz Divina es cuando tus Ángeles te dan un Último Abrazo entregándote a Dios diciendo:
“¡Misión cumplida! … hemos vuelto a Casa”.
Bibliografía: “Los Ángeles del Destino Humano: ¡Morir Sí Es Vivir!” Lucy Aspra