Una persona cuando decide iniciar una relación de pareja va a experimentar unas fases ineludibles que la mayoría desconoce; y por no conocer esas fases de antemano ni estar preparado para afrontarlas con sabiduría, su relación tiende a convertirse en una fuente de insatisfacción, sufrimiento y mucho malestar. No existe una educación reglada para construir relaciones a pesar de que el ser humano es un ser relacional en esencia, con lo cual nuestro aprendizaje acerca de las relaciones está en nuestras manos y al igual que con nuestra salud, para gozar de una buena relación de pareja, se requiere un poco de formación básica en relaciones y practicar buenos hábitos.
Cualquier relación de pareja en el mundo está en alguna de estos estados emocionales o vivenciales:
ESTADO DE RESENTIMIENTO:Entre risas y juegos, lenta y paulatinamente, las similitudes y la complementariedad que veíamos se van transformando en diferencias y oposiciones, lo que va resquebrando, a veces de forma brusca, otras de forma inadvertida, nuestras expectativas y sueños. La tristeza, el enfado, la frustración y la desilusión danzan entre los reproches y el distanciamiento. Este estado es inevitable. En él es donde las personas empiezan a pagar el precio de su enamoramiento. Según sepan gestionar sus expectativas rotas, sus desilusiones, sus enfados, sus tristezas y frustraciones van a ser capaces de construir una relación duradera plena o una relación insatisfactoria y frustrante. Cuanto mayor sea el resentimiento acumulado sin resolver más cerca se encuentra la pajera de experimentar algún tipo de ruptura, que es el siguiente estado o fase de una relación.
ESTADO DE RUPTURA:Es inevitable llegar aquí y pretender que no sea así, es como quien pretende nacer para no morir. Quizás te parezca dramático lo que acabas de leer, pero no es ni mucho menos derrotista. La gente condena este estado y lo detesta abierta o silenciosamente, pero no por ello evita la experiencia. Y si no, mira a tu alrededor y te encontrarás con alguna de las rupturas más clásicas
Tipos de ruptura
Lo que ocurre es que la ruptura es más compleja de lo que aparentemente significa dejar a tu pareja. Es en el fondo un juego sutil entre tu fuerza y debilidad, entre tu generosidad y tu egoísmo. Tenemos tres tipos de ruptura:.
1) Ruptura silenciosa: Es donde habitan muchísimas personas. En tu círculo de influencia por lo menos conocerás al menos a tres personas que siguen en su relación de pareja pero su relación está rota, ¿te suena?. La gente se queda aquí porque el dolor de separarse es mayor que el dolor de quedarse en la relación. Y aquí es donde la generosidad de no quererle hacer daño a tu pareja se pelea con el egoísmo de tu insatisfacción. Esta situación es el caldo de cultivo de La infidelidad.
2) Ruptura manifestada: Cuando el dolor de separarte es menor que el dolor de quedarte con tu pareja se produce la separación y el divorcio. Este momento llega cuando LA INSATISFACCIÓN se hace insostenible. Un hecho o circunstancia específica detona la separación y pocas veces un hecho aislado rompe una relación. Esta experiencia está llena de retos y es verdaderamente donde se puede ver cuánto amor habías cultivado por esa persona con la que has andado.
Después de que los papeleos, los acuerdos y las revanchas hagan de las suyas, el resentimiento se incrusta en la vida de esas personas y es alimentado por el rencor. La gente ignora que esto la llevará a la enfermedad, la gente desconoce que lo que condenaron de su pasado lo vuelven a crear tarde o temprano en su futuro inmediato. Las personas son capaces de silenciar para sus adentros su dolor, y su cuerpo físico lo almacena hasta que un día grita a voces ese dolor callado con alguna enfermedad, para que entre lamentos y quejidos liberes lo que aún te cuesta soltar.
3) Ruptura reconciliada: Una vez quitado el dolor de la separación o de las causas de la separación, o una vez quitados los miedos y culpabilidades de la decisión o del acto de la separación, puede aparecer este tipo de ruptura, en la que no hay dolor ni placer, reproches ni alabanzas, solo queda el agradecimiento y Amor profundo por la persona con la que has compartido.
Muy pocas son las personas que saben alcanzar este estado interior y saben separarse con la misma alegría y entusiasmo amoroso que les unió. Ellas saben que la amistad que sostenía la relación no se puede dañar por haber crecido juntos, sino que es la base del crecimiento compartido aún cuando ahora cada uno mire a horizontes diferentes.
Esta ruptura es la que te muestra el verdadero rostro del AMOR del corazón humano, que es el rostro de tu Divinidad y tu Inmortalidad. Porque el Amor eterno no conoce fronteras, ni barreras, ni obstáculos, solo es una expresión silenciosa sonriente que se disfraza de una sonrisa y una lágrima.
Y tú, ¿Dónde estás en tu relación? ¿Dónde te gustaría estar en tu relación próximamente? ¿Cómo te gustaría sentirte si pudieras conseguirlo ya? Si estás en pareja y resentid@, aún puedes reconciliar tu amor al de tu pareja, siempre que conozcas los pasos. Si ya no estás en pareja y te queda el resentimiento, mi sugerencia es que no esperes a que tu cuerpo grite de dolor. Si dejaste a tu pareja y te sientes culpable, también te puedes liberar.
Tú decides, tú eliges, tú eres responsable de los ovillos enredados que te has creado; y tú puedes deshacer los nudos con la luz del Amor de tu corazón.
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