Si bien el amor es nuestra mejor emoción positiva y en ella sustentamos todo lo que nos rodea, deja de ser amor en el momento que pasa a ser dependiente: “dependemos de cómo el otro actúe o sienta en función de cómo queremos que lo haga, por lo que ambos salen perjudicados emocionalmente”.
¿Cómo saber si somos dependientes emocionales?
Hay toda una serie de características que se dan en un dependiente emocional, no tienen porque darse todas pero al menos si cinco de las expuestas:
Da más que el otro. Tiene la sensación de que él/ella da más que la otra persona. Siente que no recibe lo que da.
Entiende el amor como un sufrimiento. Lloran constantemente por entender que los demás sólo miran por si mismos sin tener en cuenta las emociones y sentimientos de ellos que tanta capacidad de amor tienen.
Tendencia a infravalorarse. Entienden que no valen lo suficiente y que no están preparados para cambiar, ellos siempre se ven como lo peor y a eso achacan el que no los quieran como ellos quieren que los quieran.
Los conflictos son continuos. Dado el malestar que viven provocan constantes conflictos por miedo al abandono o el rechazo, obteniendo el efecto totalmente contrario a lo que esperaban.
Viven en una discusión perpetua con los demás y consigo mismos. El miedo provoca discusión y tras la discusión el sentimiento de culpa por decir lo que dijimos, lo que provoca en la persona agotamiento y desesperanza. Tienen tendencia a imaginar situaciones no reales donde ellos siempre son la víctima del desamor.
Idealización sobre la persona objeto de la dependencia. Tienden a crear una imagen de la persona, sobre la que recae su dependencia, distorsionada. Idealizan lo que son, como actúan y lo que se espera de ellos. Posteriormente cuando la persona no cumple con esta idealización empiezan las frustraciones.
Se rodean de personas con problemas. Con el fin de sentirse algo querido/a tienden a ayudar a personas que lo necesitan y esto hace que se sientan merecedores de que le den confianza. Lejos de sentirse bien con el tiempo ven esta ayuda como una obligación por lo que se convierte en un malestar más.
Pretenden cambiar a los demás. Como se perciben a si mismos como merecedores de otro trato pretenden cambiar la forma de actuar y pensar de la otra persona. Dicen a los demás como tienen que ser para ser felices, desde su punto de vista.
Se sienten solos. Aunque estén rodeados de gente ellos se sientes solos e incomprendidos.
Necesitan tener pareja. En búsqueda de ese amor correspondido tal cual lo esperan, no se imaginan su vida sin una pareja y eso los hace infelices. No son capaces de reorganizar su vida sin nadie.
Como se puede apreciar son personas que viven constantemente en un malestar emocional. Sienten miedo, tristeza, desamparo, desconfianza, etc. La única manera de revertir esta situación es trabajando la autoestima, es decir, aprendiendo a valorarnos por lo que somos independientemente de lo que los demás piensen o digan de nosotros.
CIARA MOLINA
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