Ella: ¿Qué harías si me muriese?
El: Te guardaría luto.
Ella: ¿Durante mucho tiempo?
El: ¡Muchísimo tiempo!
Ella: ¿Por qué?
El: (serio) Porque te quiero y tu perdida sería dolorosa para mi.
Ella: ¿Por qué? (con una sonrisa). Qué bonito. ¿Volverías a casarte?
El: No.
Ella: (con expresión dolida) ¿Por qué no? ¿No te gusta estar casado?
El: Sí que me gusta.
Ella: ¿Entonces si que te volverías a casar?
El: (carraspea) Creo que después de haberte guardado luto durante el tiempo suficiente y mi vida volviese a tener sentido, sí.
Ella: ¿También dormirías con ella en nuestra cama?
El: Es de suponer, ¿no?
Ella: ¿Reemplazarías mi foto por la de ella en la mesilla de noche?
El: Pondría las dos fotos.
Ella: ¿También tendrías sexo con ella? ¿En nuestra cama?
El: (bebiendo un sorbo de café) Seguramente llegaríamos a eso. Sí.
Ella: ¿Jugarías también al golf con ella?
El: Sí, lo haría.
Ella: ¿Le darías mis palos?
El: No, ella es zurda.
Ella: ¿¿¿Cómo???
El: ¡¡¡Mierd@!!!
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