Eric Butterworth
A menudo se ha escrito, “Eres lo que piensas”. En realidad no es acertado, porque estás pensando lo que piensas. El secreto que rara vez es descubierto es la comprensión de que no eres una mente. Tienes una mente, y el tú quien tiene mente puede controlar los pensamientos que pasan por la mente. Esto no quiere decir que este control es fácil, pero puede lograrse.
El pensamiento es un pensamiento creativo, o debería serlo. Puedes convertirte en un pensador creativo en vez de un pensador reactivo. Simplemente recuerda, es tu mente y puedes pensar lo que desees. Debes dejar de permitir que tu abuelo piense por ti —o tu iglesia, o los medios de información, o la gente que te molesta. Bien sea que lo sepas o no, la decisión es tuya, bien sea que reacciones, permitiendo así que las personas o condiciones determinen como piensas, o tengas el tipo de pensamientos que deseas realmente ver manifestados en tu vida.
Por lo menos una vez al día en meditación, “desidentifícate” de tu mente para que puedas establecerte en el centro de tu ser como el amo de tu vida. Luego de estar cuidadosamente establecido en el centro de tu gravedad espiritual, estás listo para tratar de manera creativa con cualquier cosa que te suceda y suceda a tu alrededor.
Todo lo que lees en los periódicos o escuchas en las noticias, todo lo que puede venir hacia ti en las exigencias de tus supervisores o el en temperamento de tus compañeros de trabajo se convertirá en lo que tú aceptes que sea. ¡Siempre tienes una alternativa! Puede que digas, “por supuesto que estoy amargado y enojado, mira lo que tengo que enfrentar! Pero eso es una evasión. Está en tu mente. ¡Nunca lo olvides!
Cuando estás establecido en el centro de tu ser, puedes controlar lo que sucede en tu mente. Puedes leer las noticias y hablar con la gente, pero nunca adorarás el altar de “ellos dicen”. Cultiva tus propias convicciones, desarrolla tus propias opiniones —no para que seas obstinado, sino para permitirte asumir realmente el control de tu vida por medio de la disciplina de tu mente. No te establezcas cómodamente en las convicciones “hechas a la medida” de una iglesia ni de un partido político.
Una parte vital de controlar los pensamientos es la evaluación que haces de lo que ves. En lo que te concierne, las cosas siempre serán para ti como las veas que son. Así que busca el bien, ve todas las cosas bajo la luz de la Verdad. No trates de corregir las cosas; simplemente asegúrate de que las ves correctamente. Cuando ves las cosas bajo la perspectiva correcta, estableces tu señorío, porque les permites la entrada a tu conciencia, pero según tus términos.
Existe una diferencia entre pensar lo que deseas pensar acerca de las cosas y seguir la práctica superficial del pensamiento positivo. Porque éste último puede ser un tipo de pensamiento hecho a la medida donde alguien te da las bienaventuranzas para que las repitas como una cotorra, y te pasas el día memorizando y pronunciando frases metafísicas gastadas. La mayoría de las personas no detectarán tu enfoque superficial de la vida, pero la ley divina sí.
Algunas personas son influenciadas a pensamientos negativos por su enfoque compasivo hacia la vida. Es como que si sintieran que cuando la gente tiene alguna tribulación, es su deber estar atribuladas. Leen el periódico con pesar; ¡tantos problemas en el mundo, tanto dolor e injusticia! El pesimista endurecido insistirá en que las cosas son como son y que uno es ciego al negarse a ver las “cosas terribles que suceden”. Puede que diga, “Yo llamo al pan, pan. No voy a decir que no tengo problemas cuando el mundo me azota”.
Es interesante y revelador que quienes han recibido los golpes más fuertes han sido las personas más grandiosas. Sus incapacidades los han incitado a hacer mayores esfuerzos, lo cual es decir que no tuvieron éxito a pesar de sus limitaciones, sino a causa de ellas.
Comienza cada día por el principio, lo cual quiere decir, regresa al principio que es la base: Dios es Uno, y tú eres Uno con Dios. Centra tu atención en tu centro de gravedad espiritual. No eres tu mente; tienes una mente, y tienes el poder de controlar su función. Puedes cambiar tu vida al alterar tus pensamientos. Y puedes controlar tus pensamientos y asumir control completo de tu vida.