Esta es una de las acciones más positivas y enriquecedoras que podemos realizar como seres humanos.
Hay pocas cosas tan reconfortantes como ayudar, apoyar, acompañar, animar, alegrar, motivar, querer a otra persona... sin esperar recibir nada a cambio, de verdad, verdad. Con esto quiero decir: sin esperar reconocimiento, recompensa, retribución o pago alguno, pues sólo siendo verdaderamente desinteresados será como podremos disfrutar del beneficio de realizar una acción generosa.
Cada vez hay menos personas dispuestas a dar algo a cambio de nada...
Cuánto voy a ganarme, cuánto van a pagarme, cuánto me costará en tiempo, en trabajo o en dinero, son algunas de las frases que justifican la apatía, la indolencia o el egoísmo con el que actúan algunas personas.
Recordemos que al dar con generosidad, solidaridad o empatía, será el universo quien nos devuelva lo que entregamos y no las personas a las que se lo dimos. Y que muchas veces no será en el momento en que nos gustaría recibirlo o de la forma en la que lo queremos, sino que lo hará en el momento perfecto y en especies; es decir, manifestado justo en aquello que necesitamos en un momento dado.
Y si dudas de lo que acabo de decirte... piensa un poco y recuerda esos pequeños momentos en los que apareció la persona que te ayudó, el lugar donde pudiste quedarte, el consejo de alguien que te iluminó, la compañía de una persona que te animó, te ayudó o te hizo sentir querido, el recurso que necesitabas. La presencia de ese alguien especial, porque se dejó llevar por esos sentimientos positivos, pudo suavizar tu vida.
Salgamos al mundo cada día con la intención de dar, de compartir, especialmente si estamos necesitados... porque de esta manera no sólo estaremos dándole nuestro aporte al mundo con la intención de que otros se sientan mucho mejor en él, sino que recibiremos la fortaleza, la motivación y la fe que habíamos perdido temporalmente al sentirnos afectados por una circunstancia de la vida.
Lo más fácil es mostrar indiferencia y lo más difícil es tener el valor y la determinación para mostrar compasión, generosidad y solidaridad...
Claves para dar
•Conectarse a los mejores sentimientos.
•Realizar actos bondadosos, sencillos, espontáneos y anónimos.
•Vencer el egoísmo y el miedo a perder.
•Colocarse en el lugar del otro.
•Preguntar, siempre, de qué manera puedes servir o ayudar a alguien.
•Dejar de pensar que al compartir lo que tienes con otro, lo perderás...
Piensa en lo importante que puede ser para alguien tus palabras, tu compañía, tu apoyo o tu ayuda en un momento dado y siéntete dispuesto a brindarlo.
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