Algunos lo llaman "Ruleta Sexual", aunque su denominación más extendida entre los adolescentes es "El Muelle". Se juega de la siguiente manera: los chicos se colocan estirados uno junto a otro para que las chicas vayan sentándose encima buscando la penetración.
En un tiempo limitado deben practicar sexo en esta postura hasta que se acaba el turno y las chicas cambian de pareja para volver a repetir la jugada. Emulando el mecanismo de un muelle, las jóvenes pasan de un chico a otro en este entretenimiento sexual lleno de riesgos, donde pierde el chico que eyacule primero.
El juego, que se puso de moda entre adolescentes colombianos hace unos meses, saltó a la luz pública a raíz del embarazo de una menor.
Uno de los aspectos más alarmantes de "El Muelle" es el alto riesgo de enfermedades de transmisión sexual que entraña, por no hablar de los posibles embarazos. Las modalidades de esta práctica en grupo pasan por un juego entre muchos chicos y una sola chica, entre varias chicas con un solo joven o entre un número variado de participantes de ambos sexos. En algunos casos se acepta el uso del preservativo, en otros no.
Contraer una enfermedad de transmisión sexual a una edad tan temprana supone también otra problemática: el infradiagnóstico. Según Garcia-Faura “entre los 13 y los 18 años muchos jóvenes dejan de acudir al pediatra con la asiduidad que lo hacían con el control de sus padres, por lo que las enfermedades de transmisión sexual asintomáticas pasan inadvertidas hasta muchos años después. En estos casos las consecuencias pueden ser de mayor gravedad para la salud del afectado”.
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