Una pareja pasiva puede parecer la mayor bendición. Prácticamente no te contraría, coopera con lo que tú decidas y te deja decidir sobre un sinfín de temas.
La cuestión es que de pronto es tan “cooperadora” y “flexible”, que parece que no está involucrada, que no está interesada o que la relación en sí misma no le importa.
¿Qué es una pareja pasiva?
- En una relación de pareja, en general podemos decir que es el miembro que se muestra menos involucrado en la relación y menos participativo en ideas y toma de decisiones, siendo más inmune a los conflictos que surgen.
¿Cómo saber que estás con una?
Frases
- Lo que tú digas, como tú quieras, me da igual, no importa, ni hay problema...
Actitudes
- No se altera, no se queja, no pide para sí, si no obtiene lo que deseaba parece que le da lo mismo, es tan conciliadora que a veces parece dejada...
¿Qué efectos suelen producir en su pareja?
Frustración
- Cuando, a pesar de tus esfuerzos, no consigues que tu pareja responda o actúe de formas distintas en la relación.
Enojo
- Cuando no puedes transferir a tu pareja tus sentimientos de frustración o no encuentras la respuesta que deseas para que tu pareja se muestre más involucrada.
Aburrimiento
- Cuando la pareja no propone ni actúa de maneras novedosas en ninguna de las áreas de la relación como vacaciones, convivencia cotidiana o sexualidad.
Ansiedad
- Por la responsabilidad en la toma de decisiones que se deja sólo en manos de la parte “activa” de la relación.
- El temor a fallar y equivocarse, por no obtener retroalimentación de la pareja.
Culpas
- Cuesta considerar que ya no se quiere estar a su lado de tan buenos que parecen.
- Suelen ser buenos padres, buenos compañeros y hasta parecen simpáticos.
¿Por qué suelen ser así?
En general son personas que tienden a actuar así en situaciones estresantes o que el tomar decisiones les provoque estrés.
1. Respuesta condicionada
Suele ser un modelo aprendido de figuras familiares de la infancia.
- Por imitación, de Padres con ese estilo de respuesta.
- Padres con el estilo de respuesta contrario (agresivo, sobre-expresivo) como una intento de desactivar un conflicto.
De los 3 estilos de respuesta posibles ante una amenaza (flight, fight o freeze - huír, pelear o congelarse) eligen la respuesta más pasiva que es la de quedarse quietos y no hacer más “olas”. Como pescado muerto.
2. Intentos de control
- Personas a las que los cambios y transiciones les cuestan trabajo.
- La espontaneidad suele ser vista como una amenaza
a. Suelen planear con mucha anticipación lo que harán, por ejemplo, en un fin de semana. Si lo planean se sienten más seguros de no ir a lugares o eventos estresantes.
b. El problema es que no comparten sus planes, para evitar la desaprobación de los demás y que no los dejen llevarlos a cabo.
- Cuando la pareja le dice el viernes que quiere que el sábado vayan a la fiesta de la suegra encuentran sus planes de control frustrados y su respuesta es un “como tú quieras”.
3. Baja autoestima
- Cuando se tiene baja autoestima se suele pensar que se es peor o más tonto que los demás, por lo tanto las decisiones que se tomen deben ser malas o del desagrado de los demás.
- Operan bastante bien solos, pero en una relación sienten que todo lo que propongan será juzgado o descalificado por su pareja.
- Si la pareja acepta sus propuestas, pensarán que lo hacen forzados o por lástima.
4. Perfeccionismo
- Personas que operan bajo la modalidad de pensamiento de blanco o negro. Todo o nada.
- Cuando el escenario no es conforme a lo que desean o creen perfecto, entonces prefieren dejar de opinar o decidir, pues al dejar de ser bueno entonces se volvió algo malo.
- Una reacción normal sería manifestar su desacuerdo, pero ellos prefieren callar, rumiar su enojo e ir con la corriente.
5. Pobre control emocional
- Suelen desempeñarse relativamente bien cuando tienen tiempo para tomar decisiones, no son juzgados por ellas o cuando no se les presiona.
- Cuando sienten estrés o ansiedad se ven abrumados por emociones que no están habituados a confrontar y colapsan.
¿Qué hacer si identificas que esto te pasa?
Háblalo con tu pareja. Dile que crees que esto te está sucediendo y pídele hacer algunos ajustes en la dinámica.
- Que cada uno decida, en fines de semana alternos, qué se hará.
- Que eviten por un tiempo mucha espontaneidad o cambios de planes.
a. A cambio deja que tu pareja te sorprenda una vez al mes con un plan “sorpresa”.
- Si sientes que esto es un tema de toda tu vida o ni siquiera te atreves a abrir el tema con tu pareja, busca ayuda profesional.
¿Qué hacer si vives con alguien así?
Anticipa lo más que puedas.
Planes o deseos que tengas. Así le darás tiempo de ajustarse.
- En vez de decirle hasta el viernes que viene tu mamá a la casa el sábado, díselo en cuanto lo sepas.
Ofrece alternativas concretas.
- Siempre que sea posible ofrécele alternativas que sean aceptables para ti.
a. Fíjate que el fin de semana nos invitaron a un desayuno con los Rivadavia, pero también pienso que podríamos no ir y salir a lo de la bicicleta que hemos estado posponiendo. Ambas opciones me parecen estupendas, ¿tú qué piensas?
6. Pon a tu pareja a cargo.
Deja que tu pareja se haga cargo de algunos arreglos de vez en cuando:
- Las próximas vacaciones, una salida con amigos, elegir un lugar para cenar.
- Todo con la debida anticipación y sin presiones.
a. Hazlo más como una invitación que como una órden o pasar la “papa caliente”.
b. Dile que lo que elija estará bien para ti.
- Y que sí esté bien para tí, aunque no te guste de entrada. Recuerda que estás colaborando con que tu pareja aprenda a tomar decisiones y por ahora no han llegado al nivel dos donde tome las decisiones que tú quieres que tome o las que tú hubieras tomado.
- En este proceso mantén tus expectativas y tu perfeccionismo a raya.
- Dile que lo que elija estará bien para ti.
7. Disminuye tu crítica y defensividad.
- Si en el proceso tu pareja suele mostrarse molesta o se queja de todo, adopta temporalmente una conducta de razonable tranquilidad y de escucha.
- De hecho si empieza a quejarse y expresar su opinión puede ser una señal que está rompiendo con la pasividad.
- Evita ponerle a prueba
a. A veces por desesperación, y con el afán de hacerle reaccionar, se sugieren cosas que uno sabe que al pasivo no le gustan.
b. Cuando ni eso los hace responder activamente, sólo surge mucho enojo y frustración y de nada sirvió la “prueba”.
8. Habla de lo que te gustaría que sucediera en vez de lo que está pasando.
- Tampoco se trata de jugar su juego pasivo. Puedes expresar tu desacuerdo sobre su actitud pero de una forma más inteligente.
a. “Estoy harto/a de que nunca decides nada” vs
“Me encantaría que me pudieras ayudar a decidir”.
b. “Nunca dices lo que te gusta y lo que no” vs
“Me ayudaría mucho saber qué te gusta más”
- Con esto puedes desactivar la sensación de amenaza que pudiera estar experimentando.
9. Busquen ayuda profesional.
- Si ambos reconocen que esto es un problema, no mandes a tu pareja a terapia; ofrece en cambio ir juntos para trabajar sobre estrategias conjuntas para lidiar con esto.
Recuerda que esto que le pasa a tu pareja tú no lo ocasionaste, no eres ni mártir ni villano/a en este proceso, pero también vale la pena que revises si de alguna manera tú estás colaborando al mantenimiento de estas conductas.
Recuerda que:
“A veces una pareja pasiva se relaciona con una pareja controladora o muy crítica”
Mario Guerra