La infelicidad se ha convertido en una realidad bastante común en nuestra vida diaria, basta con salir un día a dar un paseo para darnos cuenta que la mayoría de la gente realiza sus actividades diarias de forma monótona. El cansancio, la desilusión y la conformidad se pueden ver en la mayoría de los rostros que nos atienden en locales, oficinas o edificios que visitamos día a día. Pero la peor parte es vernos al espejo y darnos cuenta que en nuestro rostro nos devuelve ese mismo y triste sentimiento. -
Generalmente, cuando nos damos cuenta de que somo infelices, lo primero que queremos hacer es brincar al otro extremo y cambiar totalmente. Pero ¿qué camino seguir?
1. Identifica la causa de tu infelicidad
La infelicidad es ese sentimiento que nace cuando no estamos donde queremos estar. Es decir, cuando somos conscientes de que quisieramos estar haciendo otra cosa, compartiendo nuestra vida con otras personas o simplemente persiguiendo nuestros sueños, invariablemente sentiremos infelicidad. Identificar estas causas nos permitirá dar el primer paso: tomar la decisión de cambiar para llegar a donde queremos.
2. Define lo que quieres
Ya sabes que lo que tienes o haces no te hace feliz, ¿qué si lo haría? Responder esta pregunta puede llevarte demasiado tiempo, ocasionar muchas dudas y miedos y dar la sensación de que es más fácil continuar igual. Ciertamente es más sencillo no cambiar, pero antes de dar este ejercicio por terminado, analiza si vale la pena hacer el esfuerzo por ser feliz o conformarte con lo que tienes.
3. Convierte tus metas en un plan
Cuando ya sepas lo que de verdad te puede hacer feliz será momento de crear un plan. Es decir, si no te gusta tu trabajo y quieres ser empresario, lo mejor sería no dejar el trabajo inmediatamente. En lugar de eso puedes concentrarte en tu trabajo durante el horario laboral y en la creación de tu empresa en tu tiempo libre. Se trata de ser feliz, no de poner tu bienestar o vida en peligro.
4. Persigue tus metas una a una
Llegar a donde estás ahora fue un proceso gradual y hacer los cambios que te hagan feliz también será un proceso gradual, por lo tanto necesitas darte tiempo para cambiar cada aspecto y disfrutar de la felicidad que eso te da. De otra forma, es muy probable que termines lastimando a los demás con tus palabras o teniendo serios problemas con tu pareja o amigos.
La infelicidad no llega ni se va sola
Cada decisión que tomamos repercute en nuestra vida y en cómo nos sentimos con relación a ella. Por este motivo, la felicidad o infelicidad depende sólo de nosotros y de la determinación que tengamos para vivir como realmente deseamos o cambiar el rumbo cuando sea necesario.
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