Cuando tienes que tomar una decisión, es habitual que escuches dos voces que intentan convencerte de lo que deberías hacer. Una te aconseja que disfrutes el momento, que goces del ahora sin preocupaciones, la otra insiste que veas al futuro, y quiere que pienses antes de actuar. ¿A cuál será mejor hacerle caso?
La voz que recomienda gozar del ahora no va a experimentar las consecuencias, pues sólo vive el momento: imagina que es tu Yo del presente. La voz más prudente sería tu Yo del futuro, que ha tenido la capacidad de viajar al pasado para advertirte de las consecuencias de tus decisiones. Si desconfías de la voz del presente, vas a actuar de manera responsable y no sufrirás consecuencias desagradables el día de mañana.
Aprender a escuchar a tu Yo del futuro, es aprender a prevenir, un hábito muy necesario para tener una buena calidad de vida.
¿Por qué no prevenimos?
Nadie quiere interrumpir el romance para ir a la farmacia o ir a la cajonera por unos preservativos. Nos dejamos llevar por el placer que siente nuestro Yo del presente, pues el futuro es incierto, algo no tangible… y no tomamos en cuenta que el mañana se volverá presente súbitamente.
No estamos acostumbrados a pensar en el futuro: evitamos los chequeos médicos argumentando miedo, falta de tiempo o cualquier otro motivo para postergarlo. Sin embargo, si analizáramos las consecuencias, reconoceríamos que invertir en nuestra salud unas cuantas horas nos ahorra padecimientos, gastos en medicinas, estudios y hospitalizaciones.
En cuanto al ahorro, preferimos comprar un celular de última generación cada tres meses a poner ese dinero en un fondo de ahorro para los estudios de nuestros hijos o para nuestro retiro.
La sociedad nos empuja a vivir siempre en el presente con frases como “Disfruta la vida al máximo” o “Vive el momento”. Quienes acostumbran prevenir, tienen una gran presión social en contra: todos quieren que sean más impulsivos y “espontáneos”
Escucha a tu Yo del futuro
Prevenir no implica que vivas con miedo permanente a lo que pasará, ni que evites tomar decisiones para no padecer complicaciones el día de mañana; sólo se trata de actuar en el presente pensando en el futuro para que disfrutes cada momento de tu vida con seguridad y confianza. ¿Cómo conseguirlo?
Obsérvate. Identifica qué haces guiado por la voz del presente, y analiza cómo puedes posponerlo.
Piensa en las consecuencias de cada acto que realices. Escribe en un papel las decisiones que piensas tomar y las diversas consecuencias que cada una puede generar, sus pros y contras.
Analiza. Si dudas, divide una hoja en dos columnas y escribe en ellas lo que te diría tu Yo del presente y tu Yo del futuro. Crea entonces un plan a seguir, con mayor énfasis en lo que te sugiere la voz del futuro.
Si tomas en cuenta que la vida está llena de momentos agradables que sólo van a ocurrir si los planeas y cultivas de antemano, te será más sencillo ejercitar el hábito de la prevención. Vive el presente, pero cuídate para el futuro. Así disfrutarás de tu vida de la mejor manera, ¡ahora y mañana!
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