Imagina que tu cuerpo es como un automóvil: si no le das el mantenimiento necesario, sabes que algún día fallará y te puede dejar tirado.
Comer mal te mata más que el hambre. Aquí te decimos cómo crear buenos hábitos de alimentación.
Esta es una guía básica del mantenimiento que debes darte a través de los alimentos:
Reserva un lugar especial: Así como acudes a un lugar específico para darle mantenimiento a tu coche, lo mismo deberías hacer para comer. ¡Toma los alimentos en un lugar destinado sólo para ello! sentarte en un comedor tranquilamente, disfrutando los alimentos, hace que el cerebro registre cada cosa que comes y secrete sustancias que te dan la sensación de saciedad.
Date tiempo para hacerlo: Al comer de prisa, masticas menos los alimentos, generando mayor dificultad para digerirlos. Comer de pie o en un lugar improvisado y a las carreras, puede provocar que en pocas horas te dé hambre otra vez. Si te cuesta trabajo dedicarle un lugar especial y un tiempo considerable solamente a comer, comienza poco a poco: trata de hacerlo sólo una vez a la semana, y aumenta hasta que logres hacerlo a diario. Busca lo más cercano a un lugar acogedor para tomar tus alimentos, ¡no en la cama ni el escritorio!
El horario es importante. Designar tanto la hora de la comida como su duración hace que físicamente tu cuerpo tenga la energía suficiente para realizar las actividades que tienes planeadas. Si pasan muchas horas entre cada comida, comenzará el desgaste físico, el cansancio y el proceso de “guardado”: tu cuerpo empezará a almacenar como grasa todo lo que comas. Procura que no pasen más de 5 horas entre comida y comida
Evita comer viendo la tele: Además de que no te permite disfrutar plenamente de lo que comes, ni ser consciente de la cantidad real de alimentos que ingieres, puede ser que asocies el acto de comer con lo que viste en pantalla, y en tu siguiente visita al súper eches al carrito todos esos productos que se te antojaron, pero que tu cuerpo no necesita.
En compañía es mejor: Compartir los alimentos con la familia o los amigos es un acto que también nutre el alma y el espíritu. Te deja una sensación de saciedad tanto física como emocional que puede evitar que comas por ansiedad o depresión. Platicar con ellos también hará que comas más despacio y disfrutes el momento.
Ahorra tiempo al planear: Planea qué alimentos comerás durante la semana y compra lo exacto. Por ejemplo: si tu desayuno será 1 yogurt con manzana, compra 5 manzanas y 5 botecitos de yogurt. Así ya elegiste lo más saludable y ahorraste tiempo en preparación.
Comer alimentos de buena calidad, con tiempo y gusto, traerá más beneficios de los que imaginas a tu vida: te darás mantenimiento y tu cuerpo responderá mucho mejor que antes, cual modelo de lujo. ¡Haz la prueba!
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