Cuando se abre la puerta de los misterios en nuestra vida, puede que sintamos una enorme atracción hacia la búsqueda incesante de conocimiento. Se abre una cantidad de preguntas sin aparente respuesta. Nos empezamos a interesar por un montón de temas que de repente se nos presentan delante de nuestros ojos, y nos preguntamos cómo es que nunca antes nos habíamos fijado en ellos.
La búsqueda interior, o camino espiritual, o autoconocimiento, es una búsqueda que se abre de repente, que nos fascina y nos atrapa. A medida que nos vamos interesando y vamos aprendiendo más cosas, y nos vamos encontrando con personas que tienen experiencias o conocimientos, la búsqueda se hace cada vez más interesante. Uno quiere saber más y más.
Desde un punto de vista, podríamos decir que se abrió en nosotros una conexión nueva, nos conectamos al cielo, al aspecto espiritual que siempre habíamos llevado dentro. Esta conexión nos empieza a mostrar que estamos llenos de preguntas que no pueden responderse con la mente racional (la que veníamos usando). Estas respuestas van apareciendo muy lentamente a través de las experiencias que vamos teniendo, y a través de un cambio total en la forma de comprender la vida y nuestro camino.
Es importante trabajar con la visión simbólica, observando cada hecho, cada reacción, cada vínculo que nos rodea, cada experiencia que nos toca vivir. Todo está allí para que lo podamos observar y podamos aprender quienes realmente somos.
Esta conexión al cielo, sin embargo, deberá estar acompañada de un gran trabajo de conexión a tierra. Solo podremos seguir creciendo hacia arriba, cuando hayamos logrado que nuestras raíces sean firmes y fuertes.
Seamos como un árbol…
Cuando se abre la puerta de los misterios en nuestra vida, puede que sintamos una enorme atracción hacia la búsqueda incesante de conocimiento. Se abre una cantidad de preguntas sin aparente respuesta. Nos empezamos a interesar por un montón de temas que de repente se nos presentan delante de nuestros ojos, y nos preguntamos cómo es que nunca antes nos habíamos fijado en ellos.
La búsqueda interior, o camino espiritual, o autoconocimiento, es una búsqueda que se abre de repente, que nos fascina y nos atrapa. A medida que nos vamos interesando y vamos aprendiendo más cosas, y nos vamos encontrando con personas que tienen experiencias o conocimientos, la búsqueda se hace cada vez más interesante. Uno quiere saber más y más.
Desde un punto de vista, podríamos decir que se abrió en nosotros una conexión nueva, nos conectamos al cielo, al aspecto espiritual que siempre habíamos llevado dentro. Esta conexión nos empieza a mostrar que estamos llenos de preguntas que no pueden responderse con la mente racional (la que veníamos usando). Estas respuestas van apareciendo muy lentamente a través de las experiencias que vamos teniendo, y a través de un cambio total en la forma de comprender la vida y nuestro camino.
Es importante trabajar con la visión simbólica, observando cada hecho, cada reacción, cada vínculo que nos rodea, cada experiencia que nos toca vivir. Todo está allí para que lo podamos observar y podamos aprender quienes realmente somos.
Esta conexión al cielo, sin embargo, deberá estar acompañada de un gran trabajo de conexión a tierra. Solo podremos seguir creciendo hacia arriba, cuando hayamos logrado que nuestras raíces sean firmes y fuertes.
Seamos como un árbol…