No puedo hacer… No puedo conseguir… Cada vez que dices o piensas en algo así y acabas completando los puntos suspensivos, sin quererlo o saberlo, estás estableciendo tus propios límites sobre esa cuestión.
Jamás conseguirás nada en lo que tú mismo no creas. Así, tus creencias personales suponen tus verdaderos límites.
¿Te has planteado alguna vez dónde están tus límites? ¿Cuáles son tus creencias?
Si reflexionas un poco sobre estas preguntas, podrás acabar concluyendo cuáles son tus limitaciones. Cuando las hayas identificado, plantéate : ¿crees que verdaderamente esos son tus verdaderos límites? ¿Crees que no podrías alcanzar nada más allá? ¿Por qué no es posible?
Es muy posible que acabes concluyendo que efectivamente podrías llegar más allá de lo que inicialmente te habías planteado, y que si no lo haces, es muy posible que sea por una cuestión de creencias.
Así pues, asume que puedes conseguir mucho más de lo que estás haciendo actualmente, y que ese camino de realización empieza precisamente en la asunción de nuevas creencias. Asume que tus límites están mucho más lejanos de lo que crees en la actualidad, y que en el proceso del cambio, lo más importante es empezar cambiando las creencias.
Cuando pensemos en el dicho “si no lo veo, no lo creo”, asumamos que realmente es “si no lo creo, no lo veo”. Así, a partir de la creencia podremos desarrollar el plan de acción oportuno para acabar realizando y materializando cualquier propósito.
© 2013 Miguel Ángel Guilló - @miguel_guillo -
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