Esta es una poderosa y sofisticada técnica de meditación que nos permitirá concentrar la energía de nuestra respiración (prana) y dirigirla sobre áreas de tensión o enfermedad con gran exactitud.
Este método está basado en antiguas enseñanzas de la India, que los yoguis han utilizado durante siglos para lograr efectos casi milagrosos. Estos principios pueden ser usados para obtener extraordinarios resultados en la autocuración.
Estas son las instrucciones:
Esta meditación se apoya en tres elementos fundamentales que deben estar en equilibrio para lograr el mejor resultado: la consciencia, la respiración y el enfoque sobre el síntoma que queremos sanar.
Así debemos proceder:
Nos sentamos en la postura de meditación más confortable para nuestro cuerpo. Ubicamos las palmas de las manos hacia arriba. Las mismas estarán cómodamente apoyadas en nuestras piernas. Practicamos durante cinco minutos una respiración consciente, lenta y profunda para serenar cuerpo y mente.
Practicamos la Respiración Rápida Suave. Respiramos por la nariz y la boca ligeramente entreabierta al mismo tiempo, acelerando el ritmo sin que nos resulte incómodo. Lo hacemos el tiempo suficiente hasta sentir que la energía vital está fluyendo en nuestro cuerpo. Luego pasamos a una respiración lenta y profunda.
Movemos nuestra consciencia sobre nuestro cuerpo, intentando detectar las zonas que no se sienten bien, ya sea por tensiones o por síntomas de una enfermedad.
Trabajamos sobre el área que sentimos más "urgente".
Enfocamos nuestra concentración en esa zona, en el núcleo de la misma. Al mismo tiempo tensamos los puños, sincronizándolos con la tensión o malestar del área.
Ahora "respiramos en la zona", imaginando que respiramos directamente desde allí.
Hacemos unos cinco a diez segundos de la Respiración Rápida Suave sobre la zona.
Pasamos a la respiración lenta y profunda mientras nos enfocamos nuevamente en el área para detectar cualquier cambio en la sensación. Ajustamos nuestros puños al nivel de tensión adecuado que represente ese nuevo cambio.
Repetimos el ciclo anterior hasta que no quede ninguna sensación desagradable y como consecuencia de esto, las manos queden totalmente relajadas.
Nos concentramos en las áreas siguientes, repitiendo el proceso hasta disolver todos los bloqueos de energía vital. Es posible que si el nudo energético es muy grande, tardemos varias sesiones de meditación en eliminarlo totalmente.
Esta meditación también puede ser utilizada para trabajar sensaciones desagradables creadas por estados emocionales negativos. Sólo debemos adaptar el procedimiento y aplicarlo a las áreas dónde se manifiesta esta sensación.
Alberto Marpez