Desde suspiros, pasando por gemidos y llegando a los gritos son algunos de los sonidos que se reproducen a la hora de tener sexo y que hacen que esta experiencia se pueda transformar en algo excitante, sensual y sublime. Significan más de lo que crees. Veamos…
Los sonidos del amor son tan variables y diversos como las posturas sexuales. Hombres y mujeres viven sensaciones distintas, donde pueden o no exclamar centenares de ruidos al momento de sentir placer o cuando experimentan el clímax del acto sexual.
Sin embargo, estas sensaciones delatan más que placer solamente. Está claro que es natural emitir sonidos, pero a veces hay parejas que se reprimen el disfrutar esa sensación, pues les parece humillante o vergonzoso y viven envueltos en el dilema de “gritar o no gritar”.
Según las estadísticas, las que más gritan durante el sexo, incluso sin haber llegado al orgasmo aún, son las mujeres. La mayoría de los hombres suelen expresarse gimiendo solo cuando están al borde de alcanzar el orgasmo. Lo que sí y es un hecho, ambos sexos logran experimentar una sensación de alivio cuando emiten estos sonidos.
Por un lado, están las parejas que les gusta expresarse con gemidos durante el sexo, ya que escucharse mutuamente les resulta más erótico. Mientras que por otro, aún existen parejas que prefieren permanecer en silencio.
Los sonidos que se emitan durante el sexo, van a depender de la personalidad de cada uno y del nivel de comunicación y confianza que se tengan los integrantes de éste. Ambos sexos disfrutan de estos poderosos y estimulantes sonidos, ya que al saber que le están proporcionando placer al otro, automáticamente ejerce el mismo efecto en uno, además de reforzar la seguridad en el acto.
Gracias al oído, la sensibilidad que se logra alcanzar frente a los gritos y gemidos durante el acto del sexo, puede llegar a ser tan o más fuerte que la estimulación directa a los órganos sexuales.
Los sonidos que se realizan durante el sexo, pueden anteceder el orgasmo, ir aumentando de intensidad de acuerdo se vaya alcanzando éste, o bien, emitirlos antes y durante.
Algunos sonidos pueden derivar en anécdotas divertidas. Si deseas suspirar, gemir o gritar al sentir una caricia o en pleno momento de locura sexual, hazlo, no te reprimas, exprésate y libérate, no te arrepentirás y además reforzarás los lazos de confianza y canales de comunicación con tu pareja.
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