Todo lo que hay es esto. Y esto es ser. Ser..., ser habitación, ser cuerpos, ser asientos. Todo lo que hay es ser. De modo que esta noche vamos a compartir un mensaje raro y revolucionario.
Podemos mirar juntos a la naturaleza del secreto abierto. Es un secreto en cuanto hay alguien buscándolo. Es abierto porque es todo lo que hay.
Todo lo que hay es ser, y el ser es tanto nada como todas las cosas. No hay otro.
En todo lo que es surge la idea de separación. Se trata del ser apareciendo como una entidad separada y soñando que es un individuo separado. De modo que lo que aparece es el soñador, y la función del soñador sólo es soñar la separación, soñar que es un individuo. Y cuando ocurre eso hay un sentimiento de incomodidad y también de pérdida. Así es que, desde el momento de la separación cuando eres un niño pequeño, hay búsqueda. El reloj se pone en marcha y la búsqueda ocurre. Y esa búsqueda es el anhelo por llenar esa sensación de pérdida.
Todas las enseñanzas del devenir te enseñan que eres un individuo separado, que tienes elección y que tienes que esforzarte por llegar a alguna parte. Y todo ese sistema de creencias refuerza el poder del sueño y el sentido de separación. Es tan sólo el sueño. Es una historia. Es la historia aparente del ser buscando al ser.
Pero es posible, cuando se está preparado, y no es que alguien esté preparado, que se oiga otra cosa...; se oirá otra posibilidad totalmente revolucionaria. Y lo que puede oírse es que hay un despertar del sueño. Pero no será el soñador el que despierte del sueño. El soñador, el buscador, de repente deja de ser, y eso es el despertar.
Ocurre un cambio fundamental en la percepción. Pero no hay nadie que pueda hacer que eso ocurra, y el despertar tampoco le ocurre a nadie. Nadie puede hacerlo por ti, y tú no puedes hacerlo, porque tú, el buscador, sólo puedes funcionar en la historia dinámica de encontrar, de anticipar. Será la próxima vez. Será después de la próxima meditación. Será en la próxima página..., las respuestas podrían estar en la página siguiente. El soñador siempre vive en la expectativa. El reloj siempre está en marcha.
Finalmente, la liberación trae consigo la toma de conciencia de que no hay reloj, de que no hay soñador, de que no hay buscador, no hay gurú, no hay despertar o liberación...; todo lo que hay es ser.
Entonces, tal vez descubriremos juntos que pueden surgir preguntas y, en cierto sentido, no habrá respuestas, porque no hay respuesta. La respuesta a la vida es que no hay respuesta. La vida es la respuesta. De modo que la mente probablemente seguirá luchando e intentando encontrar algo que pueda hacer y elegir, pero aquí puede descubrirse que eso no es posible. Existe el argumento de que el cuestionamiento sigue regenerándose a través de los diálogos, pero eso no tiene por qué ocurrir aquí. Aquí la mente descubre que no hay ningún lugar al que llegar, y entonces puede rendirse.
De modo que la vida, esto, está ocurriendo aparentemente. Simplemente está ocurriendo en la nada. Éste es un cambio totalmente fundamental, que es tan simple que confunde absolutamente a la mente. Es simplemente vivacidad, sin nadie que esté vivo.
Fuente: Tony Parsons. La Nada que lo es Todo (Gaia Ediciones, Madrid 2009)