”Una vez el discípulo consultó a su maestro sobre cuál es la auténtica esencia de vivir. El maestro, sin pestañear siquiera, respondió: comer, hablar, caminar... ¡Pero si eso es lo que yo hago a diario!, dijo sorprendido el aprendiz; el maestro sonrió y dijo: sí, ciertamente, pero nosotros cuando comemos, comemos; cuando hablamos, hablamos; cuando caminamos, caminamos; vosotros llegáis a hacer las tres cosas a la vez y a menudo sin ser conscientes de ninguna”
La fábula de arriba parece simplista, pero bien que ejemplifica la causa de los altos niveles de stress y distracción a los que nos sometemos a diario, por voluntad propia. Si repasamos un día de nuestra vida, notaremos que constantemente estamos tratando de hacer más de una cosa a la vez: mientras manejamos, hablamos por el celular al mismo tiempo; nos vestimos y, mentalmente, organizamos los pendientes del día; desayunamos, y leemos el periódico. Estamos acostumbrados a hacer más de dos y hasta tres cosas al mismo tiempo.
Hacemos todo lo posible por ganarle tiempo al tiempo en una patética carrera, tratando de hacer mil cosas en el mismo momento... ¿para llegar a dónde?
Pocas veces reflexionamos de lo que hacemos en cada instante. Habitualmente estamos ausentes del único momento que realmente podemos usar, que es el presente. Pues, aunque nuestro cuerpo esté aquí y ahora, nuestra mente está transitando al pasado o visitando el futuro.
Es más eficaz – y saludable - estar en presente caminando un paso a la vez. Brindándole todo nuestro cuidado a lo que estemos haciendo en el instante y a nada más. Orientemos todos nuestros sentidos a ello y aprendamos a vivir plenamente cada tarea, para que salga bien; y así conseguir un mejor resultado.
Estar en presente significa prestar toda nuestra atención a las personas con las que nos relacionamos, especialmente con nuestros clientes, colaboradores y la familia.
Salgamos del ayer y regresemos del mañana. Lo más importante – y real - de nuestra vida está aconteciendo en este día, y no vale la pena que nos inquietemos por lo que pueda ocurrir después.
Hasta para descansar necesitamos relegar el quehacer y contentarse con el aquí y el ahora. Esto ocurre porque tenemos nuestros pensamientos en diversos asuntos a la vez. Es posible y recomendable eliminar nuestros hábitos negativos y sustituirlos por otros que sean positivos... ¡y efectivos!
En los caminos hacia la paz, la prosperidad y el bienestar encontramos que uno de los pasos más importantes consiste en aprender a vivir en presente, metiéndonos en una sola cosa a la vez. Hay que vivir cada minuto como si fuese el único y el más exclusivo de todos. En últimas, se trata de hacer las cosas con dedicación y conciencia.
¿Cómo facilitar el vivir en presente?
- Hagamos una relación con todos los pendientes, ordenándolos por prioridad, y concentrándonos en cumplir con cada uno de ellos. No demos paso a otro hasta que hayamos terminado con el anterior.
- No nos sujetemos al pasado: el pasado ya pasó y no se puede hacer nada al respecto. Dejemos de darle vueltas a todo lo que pudimos hacer y que no hicimos, y ¡aceptémoslo! Ubiquémonos en el aquí y ahora y preguntémonos: ¿qué puedo hacer para resolverlo? Y empecemos a hacerlo. Si no podemos hacer algo, hay que aceptarlo como aprendizaje, no como un fracaso estéril.
- No anticiparnos a las consecuencias: evitemos imaginarnos mil escenarios que pueden sobrevenir, especialmente si son desastrosos. Recordemos que éstos casi nunca suceden, pues no corresponden a la realidad: están en la imaginación de cada quien. Dejemos de suponer todo lo que pueda pasar y enfoquémonos en consumar nuestro mejor esfuerzo en el momento, para que salga lo mejor.
- Hagamos una pausa: escapar por un momento de la rutina cotidiana, consagrándonos por completo al relajamiento, que tiene un efecto revitalizante y prodigioso: renueva positivamente nuestro estado de ánimo y aquieta la mente. Además de permitirnos recobrar las energías gastadas.
- Situémonos en el presente: cada vez que nuestras ideas nos desliguen de lo que estamos haciendo, realicemos un sencillo ejercicio de ubicación mirando a nuestro alrededor y observando los detalles del lugar donde estamos, respiremos serenamente y situémonos en el entorno donde realmente estamos. Esto bajará la tensión acumulada.
Lo anterior no está en contra de la planeación que debe haber. Sino que se refiere a que, una vez hecha, al ejecutar lo concebido debemos dedicarnos a hacerlo realidad... en el aquí y en el ahora.
No podemos estar seguros de lo que ocurrirá mañana; ni siquiera lo que sobrevendrá más tarde. Tomemos lo mejor de este momento y hagamos nuestro quehacer más agradable y eficaz.
“El pasado es historia, el futuro es un misterio y este momento es un regalo. Es por eso que a este momento se le llama ‘presente’”
Deepak Chopra
El autor es Consultor en Dirección de Empresas. Correo: manuelsanudog@hotmail.com
Facebook: www.entusiastika.blogspot.com
DR. © Derechos reservados. Rubén Manuel Sañudo Gastélum. Se prohíbe la reproducción sin el permiso del autor.