Al final siempre la gran diferencia entre cualquier gran realizador y la persona promedio es el enfoque mental que cada uno de ellos tiene ante las distintas situaciones que la vida les presenta.
Ahora más que nunca, esta diferencia se deja notar en la manera en que se enfrentan los tiempos turbulentos a nivel económico que nos toca vivir.
La persona promedio tiende a que las soluciones le lleguen del exterior. Básicamente la pregunta que rige su patrón de pensamiento es:
-¿Qué pueden hacer por mi? ¿Cómo pueden ayudarme?
Y esta pregunta va dirigida o bien al gobierno, a su empresa, a su entorno,…
Los grandes realizadores tienen un patrón de pensamiento muy diferente. La pregunta que se formulan constantemente es:
-¿Qué puedo hacer yo para transformar esta situación positivamente?
Se ven a si mismos como la causa del cambio. Creen en su capacidad para tomar acción. Aceptan la responsabilidad por su destino. En definitiva, están dispuestos a poner en juego todo lo que sea necesario para mejorar la situación y hacer que las cosas sucedan en su vida.
Esa es la filosofía que produce resultados. Por supuesto que hay miles de cosas que no dependen de nosotros mismos. Por supuesto que está bien contar en determinados momentos con ayuda del exterior. Pero lo fundamental es mantener ese enfoque mental poderoso que te sitúa a ti mismo como el máximo responsable y artífice de tu propio futuro.
Como ves, un simple cambio en el enfoque de una pregunta puede suponer un cambio sustancial en la calidad de tu enfoque mental. Y al final la clase de enfoque mental que mantenemos es el que marca toda la diferencia.
© 2012 José María Vicedo –
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