Hagamos un experimento: ¿cómo te hacen sentir las siguientes frases? ¿tienes reacciones diferentes ante ellas, leyendo primero cada frase de la columna de la izquierda y luego su correlativa de la derecha?
Me gusta tocarme un dedo
Me gusta tocarme los genitales
Me gusta el helado de fresa
Me gustan las tetas grandes
Disfruto paseando
Disfruto chupando el pene de mi chico
En todas las frases estamos hablando de cosas que hacemos o de gustos, pero parece que abordar los gustos que no hacen referencia a lo sexual y hacer referencia a ciertas partes del cuerpo o al sexo, conllevan dos percepciones diferentes. Y son diferentes en cuanto a nuestras reacciones y cómo nos hacen sentir el decirlas o escucharlas ¿Por qué no hablamos con el mismo tono emocional de ambas cosas? Tanto en unos casos como en otros estamos sencillamente describiendo lo que hay, lo que sentimos o lo que nos gusta, ¿dónde está entonces la diferencia? En nuestros juicios o en nuestras dificultades o no para hablar con la misma claridad de un tema u otro. Parece que hablar de los gustos sexuales –y más aún en un espacio público- es incómodo, raro, extraño, malsonante o incluso provocador según de quien tengamos delante.
¿Por qué hablar de tocarse un dedo no genera ninguna reacción pero tocarse los genitales sí puede provocarla? ¿Qué me dices de la diferencia entre” me gusta el helado de fresa” o decir que “disfrutas chupando el pene de tu chico”? ¿Dices ambas cosas con la misma libertad o más bien los temas sexuales eliges dónde y cómo decirlos o incluso ni te lo permites reconocer? O puede que expresar que te encanta masturbarte por la mañana te cause rubor y te avergüence reconocerlo ante ti mism@ o los demás.
¿Por qué una rodilla no es un tema y los senos, la vagina o el pene sí lo son? ¿Qué tienen los genitales que no tiene la rodilla? ¿Hay algo malo en el pene, que lo haga más indigno que un brazo cuando ambos son parte del cuerpo? ¿Lo explica el hecho de que la rodilla está más abajo que los genitales? No, porque los pies aún están más abajo y no son un tema como lo puede ser el culo. ¿es cuestión de estar más arriba o más abajo?
Claro que no. Las razones por la que el sexo es un tema diferente al de la rodilla son diversas además de apasionantes y tienen que ver con nuestra historia, nuestra educación, la cultura y la moral en la que vivimos además de las creencias que tenemos sobre cada cosa. Y también es importante el propio concepto de lo que consideramos que es la familia, el uso del sexo fuera o dentro de ella y lo que consideramos prohibido o permitido.
Cuando no queremos hablar de sexo… el sexo se convierte en un tema
- Papá, ¿te gusta mamá?
- Claro hijo, la quiero mucho
- Me refiero a si te atrae sexualmente
- Qué cosas dices, claro, cómo no me va a gustar…
- Y ¿disfrutas con ella en la cama?
- Bueno… ¿a qué viene este interrogatorio?
- Me preguntaba si deseabas a mamá, eso es todo
- Pues es mi esposa, ¿cómo no la voy a desear?
- Vale, perdona…
Cuando hablamos de sexo con naturalidad… el sexo deja de ser un tema
- Papá, ¿te gusta mamá?
- Si, es un tipo de mujer que me gusta
- ¿Te atrae sexualmente?
- Antes más que ahora
- Y ¿disfrutas con ella en la cama?
- Ha habido períodos que no pero ahora me lo paso bien
- ¿La deseas?
- Si aunque me he dado cuenta de que también deseo a otras personas
- Bien, a mi me pasa lo mismo…
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