Existen sucesos que no están bajo nuestro control
La vida nos guarda muchas sorpresas, unas agradables, otras no tanto, pero al fin y al cabo sorpresas que cambian parcial o radicalmente el orden de nuestras vidas. Muchas de estas “sorpresas” no están bajo nuestro control: no contamos con que la empresa en la cual trabajamos quiebre, con que el auto deje de funcionar, con que suframos un accidente, con que fallezca un ser amado o con que haya un desastre natural… Todos estos son sucesos que no controlamos, que llegan en el momento menos pensado y que muchas veces nos hacen sentirnos tristes, defraudados, derrotados…
¡Tienes poder en la mayoría de momentos de tu vida!
Como lo aseverábamos anteriormente, existen acontecimientos que no podemos detener o modificar, pero estos sólo representan una mínima parte de nuestras vidas: puede que la empresa en la que trabajábamos quiebre, pero nosotros somos quienes decidimos si nos quedamos contemplando las ruinas de un pasado o nos aventuramos a buscar una nueva alternativa de empleo. Si lo notas bien, el despido es algo que acontece en segundos, pero lo que viene después, puede durar años y es precisamente en ello en lo que tienes poder: el poder de ser, de vivir, de cambiar, de buscar, de experimentar, de encontrar…
¡No somos víctimas de las circunstancias!
Si nos miramos como víctimas de las circunstancias y creemos que no tenemos el control de nada en nuestro trasegar, seremos personas débiles, vulnerables, indefensas, barquitos de papel que se desvanecen con la primera gota de infortunio que les cae… Pero si logramos vernos como lo que somos: seres humanos, podremos afrontar los problemas de cada día sin quedarnos paralizados, sin sentirnos menos que nadie y sin darnos por derrotados antes de comenzar a luchar.
¡Nosotros podemos hacer el cambio!
Nosotros somos los dueños de nuestras vidas, pueden existir momentos en los que nos sintamos perdidos y no podamos ver la dirección en la cual estamos caminando, pero siempre será nuestra voluntad la que salga victoriosa en cada momento. Ahora debemos preguntarnos ¿qué es lo que deseamos? ¿Ser víctimas o tomar las riendas de nuestro presente y de nuestro futuro? Nosotros podemos hacer el cambio, podemos empezar por actuar con esperanza, por mirar más allá de la oscuridad para prestarle atención a las luciérnagas de amor que intentan clarificar nuestro horizonte.
Siempre existirán cosas que se salen de nuestras manos… ¿qué sería de nuestra vida si ello no sucediera? Pero siempre tendremos la oportunidad de elegir la actitud que tomamos frente a ello: ¿deseas seguir siendo una víctima o prefieres ser tú propio libertario?
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