Las obsesiones surgen siempre ante una idea o situación que nos asusta, o bien, que nos genera incertidumbre. El camino que nos lleve a la obsesión, curiosamente es muy racional y lógico. Parecería razonable querer aplicar el control y el orden ante el temor de que algo pueda ir mal. Hasta cierto punto es normal y está bien sentir que controlamos nuestro entorno.
Sin embargo, entrar en la espiral de las obsesiones es algo más. El círculo vicioso de la obsesión empieza con la duda: “¿Y si no he comprobado que cerré (el coche, la casa, el gas….)?”.Aquí comienza la secuencia duda-comprobación, que cuanto más se repite, acaba convirtiéndose en un ritual obsesivo-compulsivo.
La secuencia de las obsesiones serían como sigue: Una idea obsesiva, intrusiva, llena la mente del sujeto produciéndole pensamientos, sentimientos o imágenes que vuelven una y otra vez, haciéndose imperiosas y no pudiendo la persona escapar a sus mandatos, sintiéndose culpable o en falta si no cumple con la orden. Sin embargo, cuanto más lo hagamos, más tendencia tendremos a repetirlo; de este modo, la repetición de las comprobaciones se convierte en una compulsión que no puede abandonarse. Cuando las compulsiones invaden la vida cotidiana del individuo y le impiden llevar una actividad normal se habla del TOC o trastorno obsesivo-compulsivo. En éste caso la persona que lo sufre necesitaría ayuda médica y psicológica.
Sin llegar a los extremos del TOC, me interesaría analizar las tendencias y conductas que favorecen las obsesiones, para que, viéndolas, podamos cambiar a otras opciones. Las personalidades obsesivas, se caracterizan por:
1).- Preocupación extrema por el orden y el control del entorno hasta el mínimo detalle.
2).-Previsión de cualquier imprevisto, lo que lleva a sentir angustia ante lo nuevo y ante los cambios. Tendencia por consiguiente a la repetición y a la rutina.
3).-Pensar al detalle cosas secundarias, sin importancia, obviando lo verdaderamente importante.
4).- Exceso de economía, que llega en ocasiones a ser avaricia. Se tiene la sensación de que controlando los gastos, se controla la vida.
5).- Tendencia a coleccionar y a acumular cosas materiales.
6).- Culpa rumiante por no haber realizado el control a la perfección.
7).- Dudas constantes que impiden la toma de decisiones.
8-).- Desconfianza hacia los demás. Frialdad y bloqueo afectivo.
9).- Necesidad continua de autocontrol. Miedo al castigo.
10).- Ambivalencia de sentimientos en las relaciones con los otros.
Para recuperar el equilibrio y salir del círculo obsesivo sería recomendable la práctica de las siguientes estrategias:
1.- La primera regla es observar y registrar nuestras obsesiones y mejor, si se hace un registro por escrito. La observación ha de hacerse de un modo neutro, sin intervenir ni combatir; algo similar a la meditación. SOLO OBSERVAR Y REGISTRAR.
2.- Introducir variables nuevas en el repertorio de nuestras rutinas, que nos lleven a improvisar y a flexibilizarnos, cambiando conscientemente nuestros hábitos.
3.- Revisar nuestras convicciones y creencias. Muchas de ellas pueden ser erróneas, siendo especialmente nocivas aquellas que nos producen culpa y remordimiento sin fundamento.
4.- Ir tomando decisiones progresivamente, primero pequeñas y poco a poco, ir atreviéndose con otras más importantes. Esto reforzará nuestra autoestima y nos hará más fuertes. El lema sería: “ANTE LA OBSESION, ACCION, EN VEZ DE PREOCUPACION”.
Como puede verse, detrás de las obsesiones se esconde siempre el miedo y la inseguridad. No me canso de repetir que enfrentarnos con lo que nos atemoriza, fortalece y evitarlo, debilita. Tomemos el mando de nuestra vida y plantemos cara a las obsesiones que nos encorsetan, nos limitan y nos frenan, alejándonos del fluir constante del universo.
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