Sobre los hombres existen dos grandes mitos universales (o verdades) cuando mantienen una relación sexual. El primero de todos: el pene es la parte más importante de su cuerpo, al menos para la mayoría. El segundo, su objetivo: la penetración. Pero como en el caso de las mujeres, cada hombre es un mundo. Bien es cierto que en ellos el pene compuesto de terminaciones nerviosas a todo lo largo y ancho, el escroto y los testículos son las zonas erógenas por excelencia que con las simples caricias y roce enloquecen, siendo especialmente sensible la punta.
A pesar de este gran punto en común, ellos poseen otras zonas erógenas en sus cuerpos dictadas por la sensibilidad, el tipo de piel y la temperatura corporal cuyo potencial muchos ignoran y saber tocarlos del modo correcto dispara todos los sentidos. Desde los pezones, el pecho, la cabeza, la cara y los labios, los muslos, el ano,… un placer distinto con el que experimentar al hacer al amor.
La gran zona masculina, los genitales, se quedarán para jugar entre medio de la relación sexual (roces, caricias, sexo oral,…) o incluso para el final, así tiene más morbo y él desesperará y deseará con unas ganas locas porque ese momento llegue ¡ya! Conseguirás un desenfreno de pasión.
De arriba a abajo. La nuca, esa zona de piel muy sensible y más que receptible al contacto físico. Con tus dedos toca con suaves movimientos, préstale atención a esa parte, y que tu mano agarre con firmeza. Mientras la temperatura puede ir subiéndose con un engañoso beso. Cuando estés a punto de besarle, a un milímetro de sus labios, apártate. Ese juego de sí pero no, le pone muchísimo y reclamará que le beses para continuar dando rienda suelta a la electricidad que contienen vuestros cuerpos y contribuye a que se afiance la erección rápidamente.
Combina con caricias sobre su pecho, presiónalo levemente enviando sensaciones a través de su piel. Muestra atención por su cuerpo, dile lo que te gusta de él y de lo que te hace. Los pezones de los hombres y su aureola son muy sensitivas. Intenta lamerlos suavemente y juega con tu lengua alrededor de ellos. Se retorcerá de placer y éxtasis. Aprovecha para descubrir una de las partes más suaves e ignoradas por todos, el interior de los brazos. Bésala suavemente y pasa la lengua por ella, experimenta y luego nos cuentas.
Sigue con tu lengua por su pecho bajando lentamente y de camino, si quieres, según ande de caliente el tema, juega un poco por la gran zona. O también le puedes engañar haciéndole creer que vas al pene, pero te diriges a los muslos, al interior de ellos. Rozalos con movimientos ascendentes con la punta de tus dedos, acompañado de unos besos suaves que saquen de paseo la punta de la lengua y unos mordiscos. Prueba detrás de la rodilla con ellos, a ver qué pasa.
No te olvides de la espalda, ese oasis masculino por el que trepar. Ni mucho menos de los lóbulos de las orejas a los que muchos hombres les gusta que se los chupen, pasen la lengua o soplen suavemente.
Llegados a los genitales, tómate tu tiempo para explorar su miembro y probar diferentes sensaciones. Jugar con él a la vez que tocas con los dedos los testículos que son extremadamente sensibles con lo que se eleva aún más el nivel de excitación.
¡Ah! Y si se deja, podéis probar con el ano que es sexualmente excitable, y la mayoría de ellos encuentran placer cuando se lo acarician, lo lamen o lo besan.
Recordar que cada persona posee un mapa erógeno exclusivo y diferente. Es muy importante la comunicación con tu pareja, sea estable o de una noche. Si quieres disfrutar del sexo en su plenitud, no limitarte y probar nuevas cosas, habla, porque necesitáis ir descubriendo en qué partes del cuerpo se siente más placer en respuesta a los estímulos.
Lo más importante, la imaginación. Y sobre todo, no dejen de explorar.
http://granadablogs.com/puntog/2012/11/08/los-hombres-solo-tienen-una-zona-erogena/